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Una habitación blanca para el Frente de Liberación del Copyright

Archivado en:
musica, sociedad
Actualizado 09-02-2008 19:26 CET

La música disco a veces tiene alma y espíritu, o lo que es lo mismo, genio y figura. Un claro ejemplo es The KLF (Kopyright Liberation Front, o el Frente de Liberación del Copyright) un extraño, enigmático y genial dúo que entre finales de los 80 y principios de los 90, llevaron el acid house británico a la categoría de religión, mediante un complejo trabajo de remezcla y performance.

Portada del LP de The KLF "The White Room" (1991)


Bill Drummond y Jimmy Cauty, cabezas pensantes del proyecto, tuvieron en este periplo varios nombres –The Justified Ancients of Mu Mu (JAMS), The Timelords, K Foundation, The One World Orchestra o 2K- e intentaron abarcar diferentes campos artísticos. Pero realmente, su esencia anárquica y anti-industria, fue su propia tumba dentro del género que más les gustó cultivar, la música.

Una de las maravillas del grupo fue editar -con su sello KLF Communications-, el LP “The White Room” (1991), al que definieron como el primer disco de Pure Trance, y que fue un superventas gracias a tres obras maestras de la interpretación electrónica y una canción disco amable: “What Time is Love?”, “3 A.M. Eternal” y “Last Train to Trancentral”, y “Justified and Ancient”.

Pero la peculiaridad no residía ahí. Dicho disco se proclamaba como la banda sonora de una película del mismo nombre, un film maldito que muchos afirmaban que no existía, pero que realmente se hizo y no se difundió en salas comerciales, si no como audiovisual artístico en foros específicos. Además, la realidad es que el LP “The White Room” era una remezcla e interpretación acid house de la banda sonora del film, mientras que el disco “Chill Out” que publicaron en 1990 era infinitamente más fiel a la música de la película.

Tan controvertidos y polémicos eran los dos artistas, que en medio de la gala de los Brit Awards en 1992, la guinda de su performance fue disparar con ametralladoras y munición de fogueo sobre las cabezas del público. Pero no iba a acabar ahí todo, pues el colofón fue –ya en la fiesta de los premiados- arrojar una oveja muerta y su sangre a los asistentes al ágape.

Este híbrido y mestizo concepto de música, actuación y ganas de epatar les llevó al suicidio estético y artístico en 1992, cuando en medio de una triunfal carrera –sobre todo en el terreno económico-, decidieron retirarse de la música, haciendo desaparecer todo el catálogo que habían publicado. Con las ganancias de dicho catálogo crearon la K Foundation, que se encargaría de fomentar la subversión en el mundo artístico y premiaría al Peor Artista de Año, y el resto –un millón de libras esterlinas- lo quemaron.

Ese último hecho quizás fue la auténtica puntilla a su popularidad para la mayoría y para otros la culminación de su genialidad. La crematística incineración también llevaba un mensaje subliminal, ya que se realizó en la isla escocesa de Jura, donde residió el escritor George Orwell, o lo que es igual la cuna de 1984. Así, el 23 de Agosto de 1994, Drummond y Cauty se filmaron quemando el millón de libras en un cobertizo en desuso.

Mucho más se podría hablar del misterio de este dúo británico, pero quizás debamos quedarnos con otra “nota” musical. Tras realizar el disco “The White Room”, se dice que con la colaboración de la banda Extreme Noise Terror, emprendieron un proyecto de heavy-metal techno, al que llamarían “The Black Room” que nunca vio la luz… ¿O sí? … Pese a anunciarlo, tampoco llegaron a retirarse nunca ;)

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