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Las Brompton: del barrio obrero a la modernidad

  • Su patente caducó hace unos meses y ya empiezan a verse imitaciones
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bicis, brompton, sobre ruedas
Por DANI PÉREZ
Actualizado 27-12-2007 11:57 CET

BARCELONA.-  Para la gente que ha estado en Londres, ya sea de turismo o por trabajo, quizás el nombre de Brompton les suene familiar, ya que es el nombre de un barrio obrero de la ciudad inglesa. Y es en este mismo barrio donde se cuecen y se fabrican artesanalmente las bicis plegables por excelencia.

Sin embargo, lo que empezó siendo un invento, provocado por el poco espacio disponible en los pisos reducidos de dicha ciudad, se ha convertido en un negocio tan rentable que hasta les ha llevado, casi, a morir de éxito. La demanda de sus bicicletas es tal, que se están planteando ir a fabricar a Taiwán para poder cubrir la demanda.

La primera vez que ves cómo se pliega una Brompton, la cara que se te queda es de tonto (véase el vídeo). Es tal la facilidad con la que se hace, que cuando lo analizas, no tiene ningún defecto. Ninguno. En tan sólo cuatro pasos, y poco más de 10 segundos (los 'profesionales' en menos), la bici te queda compactada con un volumen de algo menos de 50 centímetros de altura y un palmo de anchura, y con un peso que ronda los 12 kilos más o menos (dependiendo de lo que desembolsemos por ella). Queda totalmente bloqueada de manera que es imposible abrirla sin realizar los simples 4 pasos, pero a la inversa.

Y evidentemente esto tiene un precio. Un precio que oscila entre los 875 euros y los más de 2.300 euros. Actualmente, ofrecen la posibilidad de fabricártela a la carta, con piezas incluso en titanio. Esto es lo que hará que paguemos más por ella, pese menos y tengamos que esperar a que nos la fabriquen en Londres en función de nuestros gustos.

En muchas ciudades europeas, aquellas que nos llevan generaciones y generaciones de ventaja en cuanto al uso cotidiano de la bicicleta, la bicicleta puede ser, sencillamente, un medio de transporte. Y nada más. Pueden verse bicis que no son especialmente bonitas (a mí, personalmente, me encantan las clásicas holandesas). O que gozan de mucho espacio en pisos de más de 30 metros cuadrados. Además, las ciudades están dotadas de carriles bici o un parking bici en todos los portales...

El precio oscila entre los 875 y los 2.300 euros, en función de nuestros gustos. Y es que existe la posibilidad de personalizar nuestra Brompton por encargo.

Pero hay algunas otras ciudades (como París o Barcelona) con poca tradición de bici urbana. Éstas se han visto invadidas por gente que, además de ver las ventajas del desplazamiento en bici, se han dado cuenta de que es una posibilidad de estar a la moda. Da imagen de «modernillo». Evidentemente, no todos los usuarios tienen este pensamiento, pero si muchos más de los que imaginamos. Y es aquí donde Brompton entra en juego. En muchas ocasiones, ha pasado de ser un medio de transporte a ser un objeto de identificación de estatus social (es como quien tiene un Porsche Cayenne o un móvil de ultimísima generación ). Su imagen va asociada a un 'lifestyle' identificativo. Aunque también muchos deciden hacerse con una ellas por su gran comodidad.

Su tamaño, su facilidad para llevarla encima y así evitar los abundantes robos que se dan en nuestras ciudades, su comodidad para buscarle un huequecito en nuestro recibidor de casa, para entrarla en restaurantes... Sinceramente, todo son ventajas. Excepto su precio (para algunos, claro).

Bicis plegables hay muchas, pero la referencia de todas las marcas es Brompton. Su sistema protegido por patentes, ha caducado hace tan sólo unos meses, y ya se empiezan a ver algunos diseños prácticamente iguales. Pero las originales se llaman Brompton.

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