Cataratas en la autopista. Las aguas siguen su curso hacia el sur, dejando tras de sí cosechas arrasadas, carreteras destrozadas y casas cubiertas por el fango. Tras la marea queda un rastro de basura y ruinas, que el propio Bush ha querido contemplar para evaluar la situación. Más de un centenar de heridos, 24 muertos en tres estados, 40.000 evacuados y records en los precios del maiz... Y todavía esperan que la situación empeore.