"Todos estamos invitados" inaugura el Festival de cine de Málaga

El largometraje “Todos estamos invitados” del director Manuel Gutiérrez Aragón ha inaugurado el 11º Festival de cine español de Málaga. Este largometraje, que se presenta en la sección oficial a concurso, trata del conflicto vasco pero, en palabras de su director, “no es una denuncia contra ETA, que de eso ya se ha hablado mucho,  si no de la realidad de la gente amenazada y de la gente que mira a otro lado”.

Oscar Jaenada, el productor Enrique Cerezo. Manuel Gutiérrez Aragón, Vanessa Incontrada y Jose Coronado en el Festival de Málaga.

El film cuenta la historia del terrorista Josu Jon (Oscar Jaenada) que queda amnésico después de recibir un tiro en la cabeza cuando huía de la guardia civil. En ese momento se le plantea un dilema entre el bien y el mal, entre su lucha armada y la conciencia de asesinar. Pero la vida en el País Vasco sigue y el profesor de universidad Xabier Legazpi (Jose Coronado) es amenazado por sus declaraciones en contra de la banda terrorista. A partir de aquí su vida se convierte en un miedo permanente. Las vidas de Josu Jon y Xabier se verán indirectamente relacionadas a través del personaje de Francesca (Vanessa Incontrada), psicoterapeuta del primero y novia del segundo.

Aunque el tema del film está ya bastante tratado, el punto de vista de retratar la cotidianeidad de una persona amenazada le da un toque de frescura. Los escoltas, el miedo, la amenaza desde cualquier lado, la gente que calla y mira a otro lado… reflejan de manera muy normal y por ello convincente la situación de estas personas. Según Jose Coronado “es un personaje contenido, no un héroe si no un tipo normal. Buscábamos reflejar la normalidad”. Y ciertamente lo consiguen. El contrapunto a esta realidad lo ofrece el personaje de Francesca, italiana, que observa el conflicto desde otro punto de vista, el exterior, el que no comprende que se asuma una situación así, que la gente calle.

La otra historia que se mezcla en la película, la del terrorista amnésico, resulta menos convincente aunque esté basada en un personaje real. Refleja el conflicto, según palabras del director, “respecto a qué hay que recordar y qué hay que olvidar para siempre”. La historia está peor resuelta y tiene algunas situaciones algo irreales que confunden. Tampoco me resulta convincente el dilema moral que se supone se le plantea al terrorista. Por otro lado, la relación entre las dos historias del film resulta algo forzada.

La película cuenta con buenas interpretaciones tanto de Jose Coronado como de Oscar Jaenada, ambos convincentes en sus papeles. También destacaría la intervención de Iñaki Miramón en un papel secundario pero con una escena clave en el desarrollo de la película.

Como aspecto curioso, hay una referencia importante a la gastronomía vasca con imágenes detalladas de la comida elaborada para una cena o escenas de mercado.

En resumen, estamos ante un film con un tema recurrente aunque con un enfoque relativamente novedoso. Según palabras de Gutiérrez Aragón el mensaje que quiere trasmitir es que “mientras haya una sola persona amenazada nadie será libre”. Todos estamos invitados a reflexionar.