Zaplana 'harto' de Rajoy

Según informaciones publicadas por el diario digital elconfidencial.com, en el año 2006, el número tres del PP declaró en conversaciones privadas que "estaba harto de Rajoy" y, que si perdían las elecciones, no seguiría en política.

Es una historia que se veía venir. Una vez agotada la teoría de la conspiración, las aparentes disensiones públicas, maquilladas por los servicios de comunicación, han resultado ser la punta el iceberg de Génova. Según publica hoy elconfidencial.com, Zaplana confesó a un grupo de allegados en 2006 que estaba "harto" de Rajoy. Según reza la noticia: "Sus más fieles en el partido, según han relatado varios de ellos a El Confidencial, sabían, por boca del propio Zaplana, que éste estaba “harto” de Rajoy, y que ya a finales de 2006 el todavía número tres del PP había tomado la decisión de abandonar la política si aquél perdía por segunda vez las elecciones frente a José Luis Rodríguez Zapatero."

Por si esto fuese poco, añadió: “Con este tío es imposible que ganemos las elecciones”, 

Esto no sorprendió mucho, pues, de todos era sabido que había un sector relevante dentro del partido estaba en desacuerdo con algunas decisiones de Rajoy.  En esa reunión, por ejemplo, Zaplana criticó al líder del partido por haber cedido ante uno de los barones territoriales. Sin ir más lejos, Javier Arenas, persuadió a Rajoy para que apoyase la complicada reforma del Estatuto andaluz, pese a que en su preámbulo definía a Andalucía como una “realidad nacional”. Esto fue el remate. Zaplana no aguantaba más. El mundo del telefóno le empezaba a llamar...

"Zaplana no entendía que Rajoy, que había abanderado el rechazo sin fisuras del PP al Estatuto andaluz durante su tramitación en el Congreso, hubiese acabado dando su brazo a torcer ante los cálculos electorales de Arenas, que logró convencer a Rajoy de que un no del PP a la reforma estatutaria podría pasarle una costosa factura en las autonómicas y las generales. Así que el 2 de noviembre de 2006 Rajoy tuvo que hacer una forzada pirueta dialéctica para justificar lo que hasta entonces había denostado con vehemencia: dijo que la definición de Andalucía como “realidad nacional” era “poco más que una cita literaria o un adorno retórico”.

Quedaba el presidente del PP, de esta manera, en evidencia tras su pelea por la cuestión del término 'nacional' dentro del preámbulo del estatuto catalán. Ahora, tras la marcha a Telefónica de Zaplana, se pone en entredicho la supuesta unión del partido popular que, a toda vista, no es tal. En todos los sitios cuecen habas.