Los lobbys están en todas partes

De 'La Moncloa' a presidente del lobby de las empresas constructuras. Ése va a ser el camino recorrido en apenas unos meses por David Taguas, ex director de la Oficina Económica de Zapatero, a no ser que a última hora lo impida la Oficina de Conflicto de Intereses, dependiente del Ministerio de Administraciones Públicas, y cuya función es vigilar las posibles incompatibilidades de los ex altos cargos del Gobierno.

Arriba, David Taguas y el fallecido Jesús de Polanco. Abajo, Carme Chacón y su esposo Miguel Barroso.

Pero si nadie lo remedia, Taguas pasará de asesorar en temas económicos al Presidente del Gobierno, desde la poderosa Oficina que inauguró Miguel Sebastián, a defender los intereses de las principales constructoras de nuestro país. A simple vista, la verdad es que suena sospechoso. Si tuviéramos acceso a los informes que elaboró y a las propuestas que trasladó a Zapatero, como proponía el domingo Soledad Gallego Díaz, seguro que tendríamos más argumentos para quedarnos tranquilos o para alarmarnos, según el trabajo que Taguas llevara a cabo en lo relacionado a la construcción. O si supiéramos en qué va a consistir exactamente su nueva ocupación como 'lobbysta' al servicio de las constructoras, podríamos concluir si, legalidades aparte, este hombre va a incurrir en incompatibilidades.

Es importantísimo, por tanto, que las administraciones sean cada vez más transparentes, y en este sentido es interesante la iniciativa de crear un código ético y un registro para los lobbystas que actúan en las instituciones de la Unión Europea. Porque Bruselas está tomada por miles de señores que presionan a europarlamentarios, funcionarios y altos cargos para defender los intereses de las empresas u organizaciones a las que representan.

Y hablando de lobbys, el 'caso Taguas' ha conseguido enfrentar a dos poderosos grupos de comunicación afines a los socialistas, los que editan El País y Público respectivamente. El periódico de PRISA ha criticado duramente la marcha de David Taguas a Seopan, la patronal de los constructores, advirtiendo de las posibles incompatibilidades en que incurre y exigiendo mayor trasparencia y restricciones a aquellos políticos que dan el salto a la empresa privada. De hecho, El País contó, citando a fuentes de Moncloa, que el propio Zapatero estaba 'muy sorprendido' por el anuncio del ex director de su Oficina Económica.

Este posicionamiento del rotativo que fundó Jesús de Polanco ha sido duramente contestado hoy por Público, el joven periódico que dirige Nacho Escolar, que acusa al grupo Prisa de aplicar una "doble vara de medir" cuando los ex-políticos se van a trabajar a su poderoso grupo de comunicación. Público recuerda que al menos ocho ex altos cargos del Gobierno central han ocupado después puestos de responsabilidad en empresas de Prisa, como los ex ministros Carlos Solchaga y Jorge Semprún. El primero fue presidente del Consejo de Administración de la empresa editoria del diario económico Cinco Días; y el segundo, consejero de Sogecable, el grupo propietario de Digital + y la cadena de televisión Cuatro.

Lo cierto es que lobbys, y saltos de la política a la empresa privada, los hay en todas partes. En Público también tienen alguno cercano. El que fuera Secretario de Estado de Comunicación con Zapatero en los primeros años de la pasada legislatura, Miguel Barroso, es uno de los promotores de la Sexta, la cadena de televisión que comparte grupo empresarial con Público. Además, Barroso está casado con la ministra de Defensa, Carme Chacón, una de las mujeres fuertes de la 'era Zapatero'.

Por Pablo Urbiola.