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Un sueño oriental

Actualizado 20-05-2008 13:40 CET

Pilar Alberola y Lucía Llorca - "Las habitaciones de la muerte" fue el reportaje que cambió la vida de miles de niños chinos. Este documento reveló al mundo las condiciones infrahumanas en las que vivían los pequeños de los orfanatos estatales de China. Tras su emisión, fueron muchas las familias que decidieron recorrer medio mundo para salvarlos de ese horror. Actualmente, China sigue siendo el país de adopción por excelencia, a pesar del incremento de exigencias por parte del gobierno asiático.

La primera documentación sobre Yizé

A finales de los 70, un grupo de expertos occidentales, incluida las Naciones Unidas, instó al gobierno chino a que adoptara medidas para controlar la natalidad. Fue en ese momento cuando surgió la política de un solo hijo por familia, una medida que el pueblo chino detesta. Este país asiático tiene una preferencia cultural por los varones ya que son ellos los que perpetúan la estirpe y cuidan a los padres, mientras que las mujeres son consideradas ciudadanas de segunda. Es por esta razón que la mayoría de los bebés abandonados son niñas que acaban en orfanatos esperando una nueva vida.

En los años 90 surgieron rumores sobre la existencia de unas habitaciones en los orfanatos chinos donde se relegaban a los niños enfermos a la espera de su muerte. Estos hechos se confirmaron cuando tres reporteros estadounidenses se infiltraron en estos centros y grabaron con una cámara oculta los orfanatos de cinco provincias chinas. El resultado fue un documento escalofriante, bautizado como "Las habitaciones de la muerte". "Es tan inhumano que no puedo creerlo" afirmaba una de las reporteras al observar las pésimas condiciones en las que se encontraban los pequeños: niñas atadas a sus sillitas de bambú, mantas mugrientas, olor a orín y leche agria y al fondo, en un rincón oscuro el mismo infierno. El lugar donde dejaban a las niñas más enfermas hasta que otro pequeño entraba en la habitación y anunciaba su muerte.

Cuando salió a la luz el documento, una ola de solidaridad recorrió el mundo y las adopciones en este país se multiplicaron. Actualmente, catorce países adoptan en China. España, con alrededor de 3.000 adopciones al año, encabeza, por detrás de EE.UU, el número de expedientes. Sin embargo, según los últimos datos, tras los nuevos requisitos impuestos por el gobierno chino, el número de adopciones ha descendido en un 18%.

El proceso de adopción

El primer sitio al que tienen que acudir los interesados en llevar a cabo una adopción es a la Sección de Adopciones provincial. A lo largo del proceso, los solicitantes se someten a entrevistas y diversas pruebas para verificar que responden al perfil adecuado para ser padres adoptivos. Muchos de los solicitantes consideran estas medidas demasiado duras, sin embargo, según Miguel Figueres, jefe de la sección de adopciones de la provincia de Alicante "con ello queremos evitar problemas en postadopción, hay que tener en cuenta que consideramos la adopción como una medida más de protección y por tanto, pretendemos ofrecer al adoptado la familia que mejor se adecue a sus necesidades".

El certificado de idoneidad es uno de los principales documentos que deben conseguir los padres para iniciar el procedimiento de adopción. "Lo que hacemos es valorar desde un punto de vista psicológico y social las aptitudes de los candidatos en relación a la adopción. Se hace mucho hincapié en que sea un proyecto de vida asimilado y madurado" asegura Figueres. Un equipo de psicólogos evalúa el entorno familiar en el que va a convivir el menor, esta parte es la más dura para los padres.

Paco y Mª Carmen, padres adoptivos de Yizé, cuentan todas las pruebas a las que les sometieron: "Nos hicieron entrevistas al matrimonio junto, también por separado, vieron si la casa estaba en condiciones. Entrevistaron a nuestro hijo biológico de cinco años, además nos hicieron todo tipo de preguntas sobre nuestra familia, personalidad, infancia y analizaron todo nuestro entorno".

Una vez los padres obtienen este certificado, los trámites continúan a través de una entidad pública o una Entidad Colaboradora de Adopción Internacional (ECAI). "Aunque cada país exige una vía de tramitación, lo habitual es que para adopciones internacionales se recurra a una ECAI porque estos organismos suelen tener una persona delegada en el país de origen que les ayuda y tramita el expediente", explica Figueres. Tras recopilar la documentación exigida por el país de procedencia del menor, se evalúa y si es aprobada se asigna un niño a los adoptantes.

El primer encuentro

Paco y Mª Carmen recuerdan como si fuera ayer cuando les enviaron la primera fotografía de Yizé: "Estábamos tan nerviosos, nos pareció la niña más bonita del mundo, fuimos a enseñarles la foto a nuestros familiares y desde ese momento nos entraron las prisas porque sabíamos que ella estaba en China esperando a que fuéramos sus papás". Aunque este fue un momento muy importante en la vida de este matrimonio, el que recuerdan con más cariño fue sin duda cuando tuvieron a Yizé en sus brazos. "Cuando la cogimos por primera vez no nos extrañó, no lloró, nos acepto enseguida a nosotros y a su hermano, era como si hubiese formado parte de la familia desde siempre", comenta Mª Carmen.

Han pasado ya dos años desde que Yizé abandonó su orfanato y se vino a España con su familia adoptiva. "Es una niña muy feliz y adora a su hermano", explica Paco. Sin embargo, los padres de Yizé tienen miedo al futuro: "a que necesite encontrar sus raíces y no las encuentre, a la discriminación por unos rasgos diferentes, a que a la hora de encontrar un trabajo puede tener más dificultades por ser distinta".

Isabel Mayordomo, psicóloga especializada en postadopción, explica la importancia de reforzar la autoestima de los niños adoptados: "Es fundamental trabajar su amor propio porque tienen que salir a flote. Si el niño se siente querido e integrado en la familia, pensará que es válido y su autoestima irá subiendo". Asimismo, Mayordomo afirma que con la adolescencia llega la búsqueda de la identidad y surge la necesidad de sentirse valorado y seguro fuera del entorno familiar, con un hijo adoptado este proceso es más complicado, se produce una doble búsqueda de identidad al preguntarse qué habría sido de él o ella si se hubieran quedado con sus padres biológicos.

Muchas personas pueden llegar a pensar que Yizé, al igual que las miles de niñas chinas adoptadas, tiene mucha suerte por haber encontrado una familia en nuestro país: "algunas personas nos dicen que qué suerte ha tenido la nena, que eso ella ni se lo iba a imaginar, y nosotros le decimos que sí, pero que en el fondo lo que queríamos era una hija y esa es ella" comenta Mª Carmen. Y es que como explica Figueres, lo primero que hay que tener claro cuando se decide adoptar es que constituye un proyecto de vida, no es una acción solidaria ni que sirva para suplir una carencia biológica. La verdad es que no se sabe quién tiene más suerte, si ellas por escapar de un futuro incierto o los padres por conseguir al fin su sueño.

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