Periodismo ciudadano en las calles de Málaga

Ahora que está tan de moda el concepto de periodismo ciudadano, de los nuevos medios (como soitu) que tienen a la audiencia como parte fundamental en el proceso de la información periodística, os relato un hecho que me parece bastante significativo, y con el que me encontré estos días en las calles de mi ciudad, Málaga.

Cartel de Zapatero con la nariz de Pinocho

En una calle de las más transitadas de la capital de la Costa del Sol, me encontré el cartel que podéis vislumbrar en la imagen de esta noticia (perdón por la calidad es de móvil). Un grupo de militantes de un nuevo partido político (SAIn, Solidaridad y Autogestión Internacionalista) pegaban carteles de una publicación semanal que sacan, denominada Solidaridad.

En su último Solidaridad aparecía el presidente Zapatero con nariz de Pinocho, tachándole de mentiroso por la cuestión de la "aportación puntual de recursos acuiferos" a Barcelona. Este partido le recriminaba que cuando subió al poder dijo que, con él en La Moncloa, no habría trasvases, y ha mentido. El cartel lo pegaron junto a una valla publicitaria de RENFE, que contenía el logo de Gobierno de España, que tan de moda han puesto en la última legislatura como si de una marca se tratara.

Más allá de la denuncia política, que tiene calado, y que no puede ser más contundente para denunciar una vez más lo corrupto y lo inmoral de nuestros cargos públicos; me llamó la atención que militantes de un partido pegaran carteles fuera de campaña electoral. Me comentaron que lo hacen normalmente, que la campaña contra la corrupción política ha de ser permanente, y que no tienen presupuestos como otros partidos para contratar a empresas de pegadas de carteles.

Esto supone para mí una nueva forma de periodismo ciudadano. Sin duda, estos militantes tratan de ser generadores de opinión; su soporte son las paredes de las ciudades y su mensaje no puede ser más rotundo. El simple y antiguo gesto de pegar un cartel, puede tener también tintes de reivindicación política, para que la calle sea la voz del pueblo; para que la gente se detenga y lea un punto de vista diferente; y en el que la audiencia sea de nuevo el emisor en el proceso de la información periodística.