Cuidado con tu ordenador en los aeropuertos

Por la forma en la que se nos trata en los aeropuertos de todo el mundo, parece que todos los viajeros son culpables de algo hasta que se demuestra lo contrario. La situación ha empeorado recientemente con la práctica puesta en marcha por varios países de revisar e incluso confiscar el material informático de los viajeros en busca de pruebas de delitos.

Cola del control de seguridad en un aeropuerto, por Stephen Witherden, en Flickr, con licencia CC by

Publicado originalmente en el Blog de Manuel Delgado.

Desde hace algún tiempo, se está hablando mucho sobre los agentes de fronteras americanos y sus prácticas de revisar ordenadores portátiles e incluso confiscarlos para revisarlos con detenimiento. Bruce Schneier habla de este asunto en un reciente post, a raíz de la sentencia judicial de hace unas semanas en las que se daba carta blanca a esta práctica, que ya viene ocurriendo desde hace algún tiempo en Estados Unidos y en varios otros países. Los consejos de Schneier sobre cómo protegerte no son nuevos, ya los explicó con detalle el pasado noviembre y nos los recordó cuando habló de este asunto por primera vez en febrero. Básicamente, se pueden resumir así: no lleves en tu ordenador ninguna información innecesaria cuando hagas viajes internacionales (preferiblemente, no lleves ninguna información: accede a ella una vez estés en tu destino, por VPN o similar), utiliza herramientas de encriptación como PGP Whole Disk Encryption o TrueCrypt, utiliza contraseñas difíciles de adivinar y planifica con antelación qué hacer si llegas a tu destino sin portátil. Hay que recordar, además, que la medida afecta también a otros dispositivos como PDAs o teléfonos móviles.

Muchos pensarán que éste es un riesgo menor o que no tienen nada que ocultar, así que no se van a molestar en tomar ni una sola de estas medidas. Para los que piensen que es un riesgo menor, que imaginen de qué les vale cruzarse el Atlántico si llegan a EEUU y les confiscan su ordenador y su teléfono móvil, normalmente con todo lo que necesitan para hacer productivo su viaje. Para los que piensan que no tienen nada que ocultar, que vuelvan a pensarlo: recordemos que hay países como EEUU en los que esas inocentes fotos de tu hija de tres años chapoteando desnuda en una piscinita hinchable pueden llevarte a la cárcel y sacarte de ella con una ficha como delincuente sexual. Up to you, man.

 Foto: Stephen Witherden.