En tierra de nadie 

Nacieron y vivieron allí pero no les pertenece. Son los indígenas del Norte de Brasil, a los que gente sin escrúpulos les ha arrebatado lo único que tienen, su propia tierra. Hace un par de días llegó hasta mi correo electrónico un llamamiento desesperado en el que una ONG, Entreculturas expone un gravísimo problema que, desgraciadamente es sólo la punta del iceberg.

Los indios macuxi reivindican su tierra

"Casi 18.000 indígenas de cuatro etnias diferentes en la región norte del estado de Roraima (Brasil) están siendo VILMENTE agredidos por seis familias de arroceros que se apoderaron ilegalmente de parte de sus tierras y se niegan a salir de allí." Así comienza la carta enviada por Roberto Jaramillo, superior de los jesuitas del Amazonas. En su misiva expone una situación desesperada: "Las comunidades indígenas de la Reserva Indígena "Raposa Sierra do Sol" están en pié de lucha ocupando SU PROPIO territorio. Hoy 6 de mayo, en la mañana, diez indígenas fueron baleados por mercenarios al servicio de los invasores. "

Morir por defender tu tierra es siempre un acto de heroísmo, pero en este caso es también una manera muy triste de morir. Y sobre todo, muy injusta y muy penosa, porque pone sobre la mesa la dramática situación de muchos indígenas a los que se les roba lo único que tienen.

En las próximas semanas, la justicia brasileña tiene que tomar una decisión. Lo hará con miles de presiones, de grupos y empresas, a los que no les interesa que la tierra se devuelva a quienes son sus legítimos propietarios. Por eso, la ONG Entreculturas propone enviar una carta al presidente Lula Da Silva y a toda la cúpula de la Justicia de aquel país, para intentar hacer el máximo de presión y que se tome una decisión JUSTA. Este es el contenido de la carta:

"Excmo. Señor/a

Las comunidades indígenas Macuxi, Wapixana, Taurepang, Patamona e Ingarikó pasan por momentos de aflicción, debido al anuncio de la posible reducción de la Tierra Indígena Raposa Serra do Sol por el Supremo Tribunal Federal, después de haber aprobado una Resolución que suspendió la retirada de los no-indios de su tierra. 

Entendemos que la ratificación del decreto de homologación de la Tierra Indígena Raposa Serra do Sol es fundamental para los pueblos indígenas de Roraima y de Brasil y que, de hecho, ya consiguió conciliar varios intereses públicos nacionales. Sin embargo, si la decisión del Supremo Tribunal Federal fuese favorable a los invasores, se abriría un gravísimo precedente en la legislación brasileña. Todas las tierras indígenas de Brasil, ya demarcadas, homologadas y registradas podrían ser ahora recurridas y revisadas.           

En 2005, la Tierra Indígena Raposa Serra do Sol fue homologada y registrada, según lo prescrito en la Constitución Federal de Brasil y en el Derecho Internacional: Convención 169 de la OIT y Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Sólo falta ahora la salida de los invasores. 

         Por todo esto, solicitamos al Supremo Tribunal Federal que ratifique el decreto de Homologación de la Tierra Indígena Raposa Serra do Sol, retirando los invasores y posibilitando así la justicia esperada por los pueblos indígenas después de 34 años de lucha y de sufrimiento."

CÓMO COMENZÓ SU LUCHA

En los años 70, los pueblos indígenas de todo Brasil, comienzan a organizarse en un proceso  que consigue ganar espacio y reivindicar, dentro y fuera de Brasil, su derecho a la tierra, a la propia organización y a sus costumbres y tradiciones. Fruto de esta lucha, la Constitución Federal de 1988 reconocío su derecho a las tierras tradicionalmente ocupadas por ellos. Sin embargo, la presión de los grupos arroceros impide que se lleven a efecto estos derechos adquiridos. Después de tres años los grandes arroceros continúan dentro. En este tiempo han ampliado sus tierras, aumentaron los daños ambientales y generaron un estado permanente de violencia y terror.

Los indios macuxi

En marzo de 2008, el Gobierno Federal brasileño decidió enviar una fuerza policial para la retirada de los arroceros. La reacción de los invasores fue la formación de pequeños grupos con prácticas terroristas.  Sin embargo, poco después, los tribunales dieron un giro de 180 grados: suspendió la operación y acogió un recurso presentado por el gobierno de Roraima. La retirada de los arroceros estará suspensa hasta que el Supremo se pronuncie, de modo definitivo.

Creo que por el bien y la justicia de un pueblo, creo que no está de más que se firme y se envíe esta carta a los que tienen que tomar la decisión. Porque los indígenas siguen viviendo en tierra de nadie, cuando ellos tienen más derecho a tener lo suyo que cualquier otro.