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Tapies grabador.

Actualizado 02-06-2008 11:34 CET

Fuerza expresiva y forma emotiva.

Los valores y características de Tàpies se mantienen en su producción gráfica, sólida y contundente, un trabajo que transmite con igual violencia y pasión, la fuerza expresiva y la forma emotiva presentes en toda su obra, y demuestra el importante papel que esta modalidad puede desempeñar en la producción de un artista, toda vez que influye en el pensamiento creador mediante la asimilación de nuevas técnicas.

La obra gráfica de Tapies se asemeja, en cuanto a su carácter y su desarrollo, con su pintura y escultura, ya que el enfoque artístico es fundamentalmente el mismo: un trabajo personal donde prima la inscripción, una escritura no basada en la palabra sino en símbolos y signos ideados por el autor en el que aparecen jeroglíficos, garabatos, grafittis, partes del cuerpo, cruces, números o letras imposibles en una grafía exclusivamente material .

Con palabras de Pere Gimferrer “Lo que nos fascina en Tàpies es el destello ambiguo del material, tan evidentemente visible y a la vez, por su naturaleza misma, tan enigmático. […] La obra de Tàpies no “dice”; no designa, como haría un lenguaje más o menos cifrado, algo exterior a sí misma; lo que la caracteriza es precisamente no significar, sino ser. En tanto que objetos ya dotados de existencia, los grabados de Tàpies toleran apenas la lectura, no por voluntad criptográfica o hermética sino más bien, por así decirlo, por plétora, por exceso de evidencia y de irradiación. Sometidas ya a nuestra percepción, nos interrogan, indagan respuestas en nosotros, se transforman de ese modo en vías hacia una cierta forma de conocimiento, que sólo en virtud de su existencia es posible” .

La extraordinaria coherencia plástica presente en toda la obra de Tàpies se encuentra tambiénen su gráfica, no obstante, los componentes del grabado – los efectos de la tinta, el papel y la presión de la prensa; las especiales características de la línea y la superficie que permiten las numerosas técnicas; y, usualmente, la escala más reducida –influyen en la expresión y el significado. Uno de los aspectos esenciales del lenguaje de Tàpies es la pulsión, diríamos pasión, violenta y rotunda con la que aborda sus cuadros, la fuerza de los trazos precisos, de las letras y palabras mediante las cuales ha ido construyendo su universo más particular y característico. Sin embargo, cuando el pintor se sumerge en el papel, parece suavizar su habitual potencia expresiva, aislando cada motivo iconográfico en una especie de ejercicio de precisión.

El arte y la filosofía orientales y la idea de que lo más profundo de la realidad se encuentra ya escrito, grabado en la superficie de la materia, de las cosas humildes y cotidianas, informan también su producción gráfica. Primero viene su relación con la superficie plana del papel en cuanto soporte, “piel” en la que tatuar su mensaje, textura que incide con sus cuchilladas y que ataca con varias técnicas, forma regular que realza incorporando formas irregulares en sus composiciones. Al mismo tiempo, en las obras del pintor aparecen objetos del entorno cotidiano ya sea materialmente, integrandose e “invadiendo” el soporte del cuadro, o como es el caso de la gráfica, desde la huella dejada tras de sí a modo de impronta o sombra y acercan su obra a un realismo en el que se evidencia una reflexión sobre la presencia de dichos objetos en un universo.

Los objetos de Tàpies forman parte del mundo más personal del autor, aludiendo a esa identidad común que se crea a partir de las liturgias cotidianas y personales. Se trata de objetos corrientes – una silla, en nuestro caso - liberados en su representación de todo sentido preciosista y de toda cualidad material; objetos sin otro valor que el que les proporcionan la necesidad y el uso cotidiano y, sin embargo, “testigos y referentes” de la realidad, inmutable y cambiante a un tiempo.

Las técnicas y los materiales novedosos atraen de manera especial a Tàpies, que dice: “Siempre estoy experimentando con nuevas ideas y nuevas técnicas. Siempre trato de sorprenderme a mi mismo” . El proceso colectivo, en el que intervienen el editor y luego el grabador, aporta voces adicionales al grabado con resultados que varían en función de las personalidades implicadas.

La multiplicidad, característica tradicional del grabado, también es aprovechada ventajosamente por Tàpies, que realiza grabados para varias ocasiones especiales, todo lo cual es distribuido ampliamente, superando así las fronteras de las ediciones limitadas de grabados y libros ilustrados. Además selecciona estilos especialmente idóneos para su técnica y se beneficia de las ventajas que proporcionan las redes comerciales.

El grabado contemporáneo normalmente refleja tendencias que se daban en alguna otra parte, dentro del arte, bien que con diferente énfasis. Aunque ciertas técnicas de grabar han florecido de manera intermitente durante el período contemporáneo, Tapies ha trabajado siempre la litografía y el aguafuerte. Combinando la técnica del collagraph, el carborundo, el flocado y el collage tradicional, a menudo construye un relieve escultórico sobre superficies convencionalmente planas, generando una notable tactilidad que se corresponde con su trabajo en la pintura y que va dirigida tanto a las yemas de los dedos como a los ojos. Se trata de variaciones sobre los mismos temas, con su característico dibujo libre y gestual y un cromatismo restringido y riguroso, donde los claros se recortan contra campos más oscuros y de menor densidad. En sus pinturas a menudo estampa objetos en superficies que se dirían de cemento, dejando constancia de su existencia .

En la obra gráfica dicha “constancia” es conseguida con técnicas de realce, a veces sin tinta, a partir del reverso del papel. En el collagraph, los objetos tridimensionale son aplicados, o montados, sobre la superficie de la plancha. Después el papel es colocado encima de la plancha ya preparada y sometido a la acción de la prensa para crear así el efecto de relieve. Con el carborundo, variante del callagraph, se aplica a la plancha un compuesto de carbono y silicona y a continuación el artista pinta encima de ella o la moldea. Después del entintado, el compuesto deja sobre el papel una textura granulada, además de la superficie en relieve. Cuando se añade el flocado, se espolvorean briznas de material sobre zonas encoladas para obtener una textura aterciopelada.
Todas estas técnicas de manipulación de la superficie están estrechamente relacionadas con el significado de los grabado de Tàpies, pero tambien se parecen a técnicas inusuales empleadas por otros grabadores contemporáneos en el tratamiento de la superficie.

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