Iniciar sesión | Registrarse | ¿Por qué registrarse?
  • Podrás comentar las noticias con el nombre que elijas
  • Podrás subir tus noticias en soitu.es y guardarlas en tu propia página

La dicotomía de la obra multiple de Eduardo Chillida  

Archivado en:
arte, cultura
Actualizado 04-06-2008 14:40 CET

Una reflexión sobre arte público y coleccionismo privado

Elogio al horizonte

Es interesante explorar la visión personal de cada artista cuando se presenta ese peculiar momento en el que se manifiesta el deseo de difundir sus obras, con el fin de acercarlas al gran público. Estos pensamientos surgen en paralelo con las inquietudes artísticas del mismo autor con el ánimo de descubrir nuevas técnicas de producción.

La calidad de las obras y el control de la difusión, han sentado las bases para crear las directrices de un nuevo tipo de coleccionismo, mucho más accesible debido al mayor número de las obras que circulan por el mercado y a nuevos canales de distribución.

Esta visión más global y universal ha sido compartida por artistas especializados en diferentes disciplinas: arte plástica, escultura, fotografía, videoarte, etc...

Un paso importante lo dieron aquellos artistas modernos de las primeras vanguardias que lograron dar un significado y un valor a las técnicas de reproducibilidad de las obras, en particular modo, Miró, Chagall o Picasso, entre otros.

Eduardo Chillida, sin embrago, uno de los escultores más universales de nuestro país, tuvo las mismas reflexiones.

La obra de Eduardo Chillida fue reconocida internacionalmente desde los primeros años de su carrera artística. Desde sus inicios en París, con el galerista francés Aimé Maeght, el artista comenzó a recibir premios y galardones propiciando que los museos más importantes del mundo adquieran numerosas obras para sus colecciones.

De común acuerdo, todas las piezas que producía Chillida eran depositadas en Paris, en las manos de Maegth, pero las obras nunca eran suficientes para abastecer a la creciente demanda que tenía el galerista, ya que su producción era bastante reducida.

Surgían espontáneas estas preguntas: ¿Eduardo, cuando crees que podemos tener algunas piezas tuyas en la galería?

Él no sabía realmente qué contestar, porque cada obra soportaba grandes reflexiones antes de ser concebida y esto llevaba su tiempo. El artista solía repetir: Doy a la obra el tiempo que ella necesite.

Maegth que quería contar con el mayor número de obras de Chillida para sus coleccionistas, propuso al artista editar una serie compuesta de siete múltiples partiendo de una escultura preexistente, introduciéndolo así en el mundo de las ediciones.

Algunos meses más tarde Chillida visitó Maeght para ver el resultado de sus primeras ediciones, pero lamentablemente quedó decepcionado: según sus apreciaciones el resultado de esas obras carecía de vida propia.

En definitiva su concepto escultórico se había perdido: Dos obras son siempre diferentes una de la otra, aunque intentemos hacerlas iguales.

Cuando el artista se enfrentaba a una escultura solía decir: Hay que dejar que el material se exprese libremente, el artista puede manipular al material con sus herramientas, pero solo con su consentimiento.

Chillida era un hombre de grandes convicciones y de gran honestidad en su trabajo, podemos leerlo en sus palabras: Esta edición aporta a la galería mas piezas para su posterior venta y aún precio mas económico, a mi familia también aporta porque mi producción es escasa y somos diez en casa para alimentar, pero a mi como artista no me aporta nada.

Desde aquella serie, Eduardo Chillida no realizo ninguna otra edición de múltiples.

Afortunadamente encontró una inteligente alternativa, hacer obras de gran tamaño y colocarlas en un lugar público: “Es una de las cosas que me apasionan de la escultura, la obra pertenece a todos. La relación de la obra con el hombre a través de la escala, por ejemplo, interviene con la obra pública mucho más que en el resto. Tienes que tener en cuenta un entorno, situarte en el nivel urbano o geológico de la zona, y en un nivel mítico de los lugares concretos. Hay que buscar un lugar y luego un espacio para esa obra. Poner en relación los elementos. Es decir, ayudar a poner el hombre en relación con ‘la medida de’. Ayudarle a pasar de su medida, que es mucho menor, a otra, la de la escultura. Y de esa a otra, la del espacio, la del cielo, la del universo”.

Este fue el inicio de la escultura urbana contemporánea: al estar en un lugar público la obra pasaba a ser de todas las personas, con el deseo de reflejar valores democráticos y humanísticos.

El arte público del siglo XIX, básicamente monumental y conmemorativo poco tiene que ver con el arte público a partir de los años ’60 del siglo XX, cuando aparecen corrientes que cuestionan la escultura misma, o a partir de los años ’80 cuando el arte público se vuelve comprometido de principios democráticos.

Al mismo tiempo, sus inquietudes artísticas le llevaban a interesarse por las ediciones de obra grafica visitando algunos talleres parisinos, con el que el galerista Maegth trabajaba asiduamente para otros artistas.

Esta forma de producción sí cautivaron a Chillida y le parecieron muy interesantes, ya que eran unas técnicas diseñadas para esa finalidad. La pieza matriz ya puede ser un cobre para el grabado, una piedra para la litografía o una madera para la xilografía, eran materiales que se dejaban trabajar con facilidad. El propio artista recortaba dichas planchas creando formas diversas, podía rayarlas e incluso someterlas a presión en el tórculo -algunas veces sin entintar en los llamados grabados en seco tan conocidos en las ediciones posteriores del artista-

Una parte importante de la producción artística de Eduardo Chillida la conforman los proyectos públicos: más de 43 esculturas de este artista vasco están repartidas en ciudades como San Sebastián, Bilbao, Berlín, Washington, Paris… La obra gráfica de Eduardo Chillida alcanza algo más de 600 obras editadas en varias ciudades del mundo desde París, Zurich o Israel. Todo ello hace que la obra de este escultor sea verdaderamente universal y accesible a cualquiera de nosotros.

Di lo que quieras

Aceptar

Si quieres firmar tus comentarios, regístrate o inicia sesión »

En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.

Nuestra selección

Hasta la vista y gracias

Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.

El suplicio (o no) de viajar en tren en EEUU

Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...

Presidimos la UE: que no falten los regalos para los periodistas

Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.

Soitu.es vuelve a ganar el premio de la ONA

A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.