En la boda del tío Flavio

El mismísimo Tony Soprano estaría encantado de aparecer en esta imagen si no supusiera una irrepareble pérdida de prestigio. Sabe, porque le va la vida en ello, que no todas las familias son de fiar; aunque les dejes acercarse a ti con la mejor de las intenciones.

Elisabetta nunca lucirá tan bella como en esta imagen, aunque es difícil reparar en sus encantos rodeada por los primos del pueblo. HOLA

Flavio sujeta a la Botella de Aznar y a la Aznar de Botella. Briatore es un especialista en zumbarse a supermodelos que, finalmente, ha puesto fin a la soltería con una de tantas mozas, la modelo Elisabetta Gregoraci. El cuento clásico del crápula con problemas de salud, kilitos de más y erecciones de menos. Flavio y Elisabetta se han casado, eso no es lo relevante, entre otras cosas para deleitarnos con imágenes como la que publica Hola, la impagable fuente de conocimiento de la sociedad española.

A los novios se les notan las tablas (no el estilo) mientras la familia del ex presidente compone un retablo digno de la posguerra, parecen los parientes del pueblo del capo local, encantados de posar con el tío Flavio, cuyos negocios comparte con los parientes paletos, católicos a la vieja usanza, horteras hasta decir basta y ridículos de profundo calado. Tanto que, de vuelta al pueblo, enseñan la foto de la boda del tío y la cantante de varietés, al que Anita casi saca un ojo con su pluma y al que Alejandrito ayuda en sus asuntos, donde se precisan su inigualable sonrisa y su curva praxiteliana.