Uno de los nuestros

Holanda ha sido, hasta el momento, la gran selección del campeonato. Los tres partidos ganados, con nueve goles a favor y sólo uno en contra, y sobre todo el gran juego desplegado la convierten en la gran favorita. 90 minutos les separan de las semifinales. El principal escollo para alcanzarlas es un compatriota que se sentará en el banquillo contrario, Hiddink.

La trayectoria de Hiddink como entrenador es amplia. Antes de convertirse en especialista en hacer grandes a selecciones mediocres, el técnico holandés trabajó en algunos de los mejores clubes del mundo, como PSV Eindhoven, Valencia, o Real Madrid. Con el club holandés ganó el que es su mayor logro, la Copa de Europa de 1988, venciendo al Real Madrid de la Quinta del Buitre en las semifinales. Precisamente en el Madrid conseguiría años después una Copa Intercontinental.

En 2000 tomó las riendas de la selección coreana con la intención de hacer un buen papel en el Mundial del que iba a ser anfitriona. Todo lo que fuera pasar de la primera fase cumpliría las expectativas. Sin embargo, Corea fue capaz de alcanzar las semifinales, donde le complicó la vida a Alemania. Al siguiente Campeonato del Mundo en 2006 acudió dirigiendo a una selección aún mas modesta, Australia. La selección australiana no había acudido a la máxima cita futbolística desde 1974, en la que había sido su única participación, cayendo en la primera fase. Sin embargo, Hiddink sorprendió logrando un buen juego con un equipo muy limitado técnicamente. Superó la primera fase por delante de Croacia y Japón y cayó ante Italia en octavos en un partido en que los australianos fueron mejores y sólo cayeron en el descuento por un penalti inexistente pitado por Medina Cantalejo ante una caída de Grosso en el área.

Esta noche Hiddink -que ya dirigió a Holanda en el Mundial de 1998 llegando a semifinales- se sentará en el banquillo ruso, dirigiendo a una animosa y joven selección que ha ido creciendo en el campeonato y que contra Suecia, con la recuperación de Arshavin, desplegó un juego dinámico y atractivo. Rusia en principio, no tiene nada que perder. Conociendo a su técnico, a buen seguro que no se encerrará y tratará de tú a tú a los holandeses. La movilidad de Arshavin será un peligro constante en las inmediaciones del área de Van der Saar.

Holanda, por su parte, se presenta al partido tratando de frenar la euforia creada alrededor del equipo debido a los tres partidos ganados y al gran juego desplegado. Los ejemplos de Portugal y Croacia, equipos que han caído en cuartos tras mostrar buen juego en la primera fase, deben espolear a los holandeses para ahuyentar la confianza. Van Basten, presumiblemente alineará al equipo de los dos primeros partidos, con Van der Vaart, Sneijder y Kuyt en la segunda línea por detrás de Van Nistelrooy. Es duda Boularhouz, debido a la reciente muerte de su hija nacida prematuramente. Los hombres del banquillo asustan, con Robben, Huntelaar y Van Persie prestos para dar la puntilla si fuere necesario en el segundo tiempo.

Rusia y Holanda prometen esta noche un encuentro alegre y entretenido. Son dos equipos que no saben especular. Si cambian el plan les irá peor. Holanda es favorita. Enfrente, Guus Hiddink, uno de los suyos.