Gracias, España

Gracias, España. Gracias por hacerme ilusionar de nuevo delante del televisor. Por recuperar la mirada infantil de hace tantos años. Por hacer que viera como auténticos ídolos, a personajes de carne y hueso, vestidos con una camiseta roja, defendiendo a todo un país. Gracias, selección por hacerme volver a ver el fútbol como un auténtico espectáculo, como un auténtico acontecimiento lleno de alegría y emoción. Gracias, de todo corazón.

Los seguidores de la roja damos las gracias a todos los jugadores de la selección

Creo que el resultado de mañana ya da lo mismo. Si España pierde no habrá quien pueda recriminar nada a un equipo que ya ha dado mucho, muchísimo a una afición que campeonato tras campeonato se ilusionaba y se desencantaba a dosis equivalentes y sucesivas.  Y cuando menos lo esperábamos, cuando menos pensábamos que lo íbamos a lograr, llegó. Como las grandes cosas de la vida, el éxito de la selección ha llegado sin hacer ruido.

Muy pocos daban un duro por los de Luis. Confieso que yo tampoco. Pensaba: "un año más, un campeonato más, de nuevo en cuartos para casa". Ni siquiera después del primer partido. Ni del segundo. Ni del tercero. El cuarto significó el punto de inflexión, y entonces empezamos a creérnoslo. Entonces despertamos del letargo, del sueño, del desencanto, de la decepción continuada, del escepticismo.

Y llegó la ilusión. Niños con zapatos nuevos. Jugadores casi descubiertos por primera vez: Senna, Silva, Güiza... Y nervios, estas eliminatorias hemos vuelto a sentir nervios. Y te abrazas con entusiasmo incontrolable e incontrolado. Y juegas a ser grande. Y empiezas a pensar de nuevo como cuando no levantabas dos palmos del suelo.

Mañana seremos muchos delante de las pantallas. Queremos ganar, sí, pero ya hemos ganado. La selección ha recuperado la confianza de los españoles, y ese es el gran trofeo que se llevarán de esta Eurocopa. Muchos hacían chistes con aquello de pasar de cuartos, otros ponían sus ojos en Alonso, en Nadal, en Gasol y en la selección de Básket. Muchos miraban con una sonrisa cínica a la "roja" de fútbol. Después de este junio de tormentas, ya nadie volverá a mirar por encima del hombro al equipo español de balompié. Y todos los que un día soñamos con ser como Juanito, o Camacho o Satrustegi, volvemos a confiar en un equipo que ya ha hecho Historia. Por eso, gracias por anticipado, España. Gracias por anticipado, selección.