Al acercarse a Marte, la sonda cayó bajo el influjo de su gravedad y aceleró hasta 20.400 km por hora, hasta que el choque con la atmósfera marciana frenó la 'Phoenix' lo suficiente como para que pudiera sacar el paracaídas. Ayudada por sus motores, consiguió un aterrizaje suave. La emoción cundió en Pasadena (California) -desde donde controlaban la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro- al conocer la noticia, pues sólo cinco de los 15 aparatos enviados internacionalmente a Marte han logrado posarse en el 'planeta rojo'.