Aunque el conflicto ha desaparecido en Kiwanja la población sigue teniendo miedo. Prefieren retomar sus vidas en un campo de refugiados, e incluso dar clase allí como estos niños, a volver a la zona de conflicto. Aunque 'el capitán Idriss' (que manda las fuerzas del CNDP en la localidad) ha tratado de convencer a varios vecinos de que la situación ya está calmada y pueden regresar a la localidad, la gente sigue sin fiarse. Dos vehículos blindados de la ONU —que tiene desplazados 17.000 cascos azules en el país— patrullaban las calles de la población.