Esta protesta, que fue recibida a manguerazos, persequía, según Greenpeace, recordar a la opinión pública el compromiso electoral del PSOE de "sustituir de forma gradual la energía nuclear en España por energías seguras, limpias, y menos costosas, cerrando las centrales nucleares potenciando el ahorro y la eficiencia energética y las energías renovables, la generación distribuida y las redes de transporte y distribución local".