Garoña fue inaugurada en 1971 y según Greenpeace está "totalmente amortizada desde hace años". Además, la organización considera que se trata de "una central nuclear obsoleta, conocida como la 'central de las mil y una grietas' por los graves problemas de seguridad que afectan a diversos componentes de la vasija del reactor, en una demostración evidente del agotamiento de su vida útil, es una central que, desde el punto de vista de la seguridad, está fuera de normativa".