La primera víctima mortal del golpe de Estado en Honduras se llamaba Obed Murrieta y tenía 19 años. Un soldado le ha disparado en el aeropuerto de Tegucigalpa cuando participaba en una manifestación a favor de Manuel Zelaya, el presidente depuesto por las Fuerzas Armadas. Este es el rostro de la desolación encarnado en su madre, Silvia Mancillas, sentada junto al ataúd de su hijo a las afueras de la capital.
Si quieres firmar tus comentarios, regístrate o inicia sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si quieres, puedes registrarte o, si ya lo estás, iniciar sesión ahora.