Los ojos de Newman

Fueron sus ojos los que conquistaron a medio mundo, y los que se van apagando poco a poco. Ayer vi una de las que seguramente será, de las últimas fotos de Paul Newman. Él, que tantas tarjetas ha protagonizado, en carpetas de adolescentes, en coleccionistas de cine, en mitómanos del séptimo arte, protagoniza una última estampa, tan bella como la primera, y tan descriptiva del tiempo, del paso de la vida.

Paul Newman, eterno en la pantalla, gran señor del cine

Sus ojos, sí, fueron sus ojos los que llenaron la pantalla. Daba igual que en blanco y negro o en color, fueron sus ojos los protagonistas de cientos de historias, personajes, de muertes al final de la película. Recuerdo, no sé por qué, "El coloso en llamas", con decenas de actores en horas no tan altas como antaño, y allí, eterno en la pantalla, Newman.

El edificio en llamas, la tragedia sobrevenida, y Paul, al rescate, el héroe de la película. Siempre héroe, pocas veces villano, en ocasiones buscavidas, truhán, siempre señor, siempre con un poco de pinta de pícaro, de rebelde, y con cara de no haber roto más de un plato en su vida.

Paul Newman está muy enfermo, aunque hace unos meses sus propios representantes lo negaran. La quimioterapia no le ha servido de nada, y todos sabemos cuál será el desenlace de esta última película que protagoniza, la de su vida. Por eso, antes de que todo el mundo recuerde su figura cuando ya no esté, creo que es el momento de hacerle un homenaje aun en vida, porque no siempre se los han hecho.

Ha cometido el "terrible" crimen de no haber dado escándalos en su vida personal, de no haber alimentado rumores, de no haber tenido caprichos de estrella. Ahí radica también su grandeza, en la humildad de un ser humano.

Ha tenido su familia, su gran tesoro, su Joanne Woodward, compañera de muchos años. Y sus hijas, todas con él en los momentos difíciles que ahora les toca vivir. Ven como se les escapa un mito al que a ellas llaman padre. Y todos los demás, genio. Un genio en películas como El Golpe, como El color del dinero, -óscar que ya no quiso, ya no le hacía falta-, como "La gata...", como "Éxodo"...

Es sin duda, el más grande de los que quedan en pie. Seguirá siéndolo siempre. Newman, el gran representante del Hollywood en estado puro, será siempre un mito, en vida o en muerte. Una leyenda del cine con los ojos más maravillosos del celuloide. Los ojos que ahora ya se ocultan bajo unas gafas de sol, en un ocaso que deja sin luz al séptimo arte. Señor Newman, gracias por darnos muchos de los mejores momentos del cine. Gracias.