Sunshine, lollipops and rainbows

Decía Louis Van Gaal, aquel buen entrenador injustamente despreciado por la canallesca patria, que la susodicha, se refería claro está a sus astracanadas cargadas de mala hostia holandesa, siempre tendía a interpretar  las cosas de manera negatifa. Bien pues justo en la actitud contraria, en el polo opuesto de esta visión y deslizándose con sonrisa de Burt Lancaster por un loop arcoiris, mientras canta Sunshine, Lollipops and Rainbows, vive Arsene Wenger.

Mira el negro, perecía tonto...

El míster del Arsenal, que bien podríamos llamar no sin sorna Mr Perfecto, ha declarado recientemente, con el jugador ya renovado, que todo el jaleo que se ha montado con el traspaso de Adebayor al United o al Bercelona obecece unicamente a las manipulaciones interesadas de los agentes y nunca al propio jugador que, lejos de ser un mercenario como todo el mundo cuerdo piensa, alberga en su corazón un profundo deseo por defender los colores del otrora rácano equipo de Highbury. Claro Arsene que es fácil hablar alto ahora que el jugador no ha agarrado la maleta…

Pero volvamos sobre el hondo amor a los colores de Adebayor, extrapolable al 90% de los artistas del balón, y repasemos entonces, vía Mediawatch, las declaraciones del pujante cabeceador togolés (ahí queda eso) en la rueda de prensa que el abnegado gunner tuvo a bien convocar durante el pasado mes de junio nada más que para dejarse querer. Adebayor se despachó con este amor por el escudo:

• “Yo soy un futbolista, tengo tres años de contrato con el Arsenal pero como sabéis, hay un montón de clubes que se están interesando por mi…
• De momento sólo vamos a sentarnos y después decidiremos que hacer.
• Nada está decidido aun. La próxima semana sabremos.

En fin. Cuando pasan estas cosas y pasan continuamente uno comprende a Lopera cuando, con toda su cara de vinagre, le abanicó la cara al que anteriormente ejercía de extremo, Joaquín, con el billete de autobús Sevilla-Albacete prometiendo enviarlo directo a la tundra manchega caso de no plegarse a sus condiciones. Un bendito Don Manué…

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