Programa "Deportación voluntaria": rotundo fracaso.

Culminó ayer el programa de autodeportación implementado por la Oficina de Migración de los Estados Unidos. De los 457.000 inmigrantes requeridos, sólo se presentaron 8.

La Oficina de Aduanas y Control Fronterizo de los Estados Unidos, implementó el pasado 5 de agosto, un operativo de deportación voluntaria.

La programa se denominó " Operación de Salida Programada", y estuvo en vigencia hasta el día de ayer, en 5 ciudades con extenso flujo migratorio: Charlotte (Carolina del Norte), Santa Ana y San Diego (California), Phoenix (Arizona) y Chicago (Illinois).

El operativo piloto otorgaba a los inmigrantes indocumentados, con orden de deportación pendiente y sin antecedentes penales, la oportunidad de salir del país por "motus propio".  

Para el gobierno de Estados Unidos, cualquier inmigrante que vive y trabaja en el país sin permiso, incurre en una felonía (aunque nunca haya perpetrado actos delictivos).

Según la Oficina de la I.C.E., este programa era "una manera de planificar el regreso a casa", evitando así, el riesgo de ser localizado por los agentes de inmigración. Porque cuando esto sucede, la persona es detenida hasta que un Juez firma su deportación (proceso que puede extenderse semanas o incluso meses), viéndose obligada a compartir su estadía en la cárcel junto a criminales sociales. 

Sin embargo, de presentarse voluntariamente , se le concederían 90 días para abandonar el país; plazo durante el cual habría de portar en su tobillo, un grillete similar al de los reos que salen en libertad condicional.

Los resultados obtenidos fueron un golpe bajo para el sistema migratorio de este país, que no cuenta con la simpatía popular y ha sido duramente criticado tanto por los medios de comunicación, como por los organismos en defensa de los inmigrantes.