El ejemplo de Hillary

"Obama es mi candidato y debe ser nuestro presidente". Son palabras de Hillary Rodhan Clinton, la que hasta hace unos meses era la gran candidata demócrata a la Casa Blanca, y que tras el Tsunami político protagonizado por el "Ciclón Obama" se ha convertido en la gran perdedora de las primarias. Sin embargo, su ejemplo es la mejor prueba de las distintas culturas políticas de estadounidenses y europeos, en especial, españoles. ¿Alguien se imagina un ejemplo similar en nuestro país?

Hillary se ha hecho aun más grande después de la convención demócrata

Me cuesta mucho pensar un Congreso del PP en el que Esperanza Aguirre o Juan Costa, -los dos únicos que se atrevieron a poner en solfa el liderato de Rajoy-, hicieran proclamas tan entusiastas como las de la mujer del ex presidente Clinton. Lo mismo ocurre en el PSOE. ¿O nadie se acuerda ya de Borrell y Almunia, o de Zapatero y Rosa Díez en el penúltimo congreso socialista?

Desgraciadamente nuestro país es cainita. El todo o la nada, la vanidad política, el personalismo y el culto a la figura del líder pesan más que los ideales políticos, el partidismo, la fidelidad a unas siglas y a una formación. Nuestra cultura política tiene aún el lastre del franquismo: "o conmigo o contra mí".

"Vanitas vanitatis et omnia vanitas", siempre la vanidad, la figura del caudillo, el todo o la nada. En España sigue funcionando esto, mientras en Estados Unidos, tan denostado muchas veces, nos dan sopas con ondas de lo que debe hacer un político cuando olisquea su derrota y barrunta que ha llegado su final.

Poner punto y aparte, con elegancia, con discrección y procurando unidad para vencer al rival. Hillary lo ha bordado, y ha dado un ejemplo de su talla política. Puede haberle dicho de todo a Obama, pero ahora sabe que en la derrota debe buscar la unión. Para vencer a Mc Cain.

'Es el momento de unirnos como un solo partido: estamos en el mismo equipo'. Me encantaría escucharlo en boca de Aguirre, de Costa de Pizarro... o de Borrell, de Rosa Díez, y de tantos otros que en nuestro país no siempre buscan la unidad de su partido. Ojalá alguna vez tomemos ejemplo de ellos y demos una lección de lo que debe representar un partido en una sociedad.