Sobre la función pública

¿Por qué una élite de trabajadores tienen un trabajo garantizado de por vida, y continuamente está en entredicho su desempeño?

No dejan de sorprenderme los datos acerca del número de funcionarios que hay en España. Una de cada dieciocho personas trabaja para la administración, y si lo restringimos a población activa, es decir, trabajadores, uno de cada diez.

Creo que esto último quiere decir que nueve trabajadores tienen que coger una parte de su salario bruto y dárselo a la décima persona (obviado voluntariamente hacer uso del término trabajador).

Hay montones de datos interesantes como estos, que invitan a reflexionar, en un informe de la patronal catalana. Curiosamente es en Cataluña donde el porcentaje de funcionarios es más bajo.

Si existiese una empresa con 22M de trabajadores, y 45M de clientes, ¿tiene sentido que 2.5M de empleados se dediquen al papeleo y además tengan unos derechos preferenciales al resto de los trabajadores?

Pues esa empresa existe y se llama España.

Desde mi humilde entendimiento, esto funciona así: Entre todos los españoles juntamos un dinerito (recolectado a base de impuestos)  que ponemos a disposición de unos señores para que lo administren para un fin común, infraestructuras, carreteras, educación, sanidad, etc... Desde luego, yo exigiría que estos señores tengan una moral impoluta, dada semejante responsabilidad. La responsabilidad de gestionar de la mejor manera posible la pequeña contribución de un trabajador que cede una parte del salario obtenido con su esfuerzo para el desarrollo de una sociedad común.

A mi me parece meridianamente clara la necesidad de la función pública en los términos anteriores, y también creo que para mantener la moral incorruptible de los funcionarios sean necesarias algunas concesiones, pero posiblemente algunas de estas concesiones son las que perjudican al sistema.

La más perjudicial de todas es, sin duda, el trabajo de por vida. Desde luego, en los tiempos que corren, el tener garantizado un trabajo hasta la edad de jubilación es todo un lujo, que además proporciona beneficios adicionales, como la facilidad de conseguir una hipoteca, y por ende una vivienda.

Sin embargo, este exceso de seguridad, merma la motivación de los empleados públicos.  ¿Por qué molestarse en hacer bien el trabajo si vas a cobrar igualmente a final de mes? Esto a su vez crea desmotivación en aquellos que tienen algún interés en su trabajo. ¿Voy a hacer yo el trabajo de este holgazán que tengo al lado?

Personamente creo que tenemos un número excesivo de funcionarios. Y me atrevo a señalar que deberíamos tener menos de un 3% sobre la población activa. Para llevar a cabo la criba, habría que basarala en dos aspectos: Seleccionar a personas con vocación de servicio público, no con vocación de ser holgazán profesional, y un sistema de méritos que reconozca a aquellas personas que realizan un buen trabajo y permita prescidir de aquellos que no lo hacen.

En todos los procesos de selección que he hecho en mi vida, siempre me han preguntado por qué quería trabajar en esa empresas. Sin embargo en ninguna oposición se hace tal pregunta. Y la cuestión es, ¿por qué quieres ser funcionario?