Yo, fumo

Un euro.(Clink) Un euro.(Clink) Un euro.(Clink). Un martilleo atronador. Golpes cardiovasculares que te azotan entre la espalda y el pecho. De las diez o doce pulsas una marca en concreto. Aunque, al final, todas acabarán matándote. La cajetilla cae. La abres y sacas un cigarrillo. Aspiras. Un tornado de humo avanza, sin prisas. Charlas, bebes, ríes. Y cuando es necesario expulsas la bocanada del centro de tus pulmones con la fuerza de diez gigantes. El cielo se ha vuelto rojo y el aire se llena de una fatuidad que empaña. Recuerdo como Humphrey  Bogart arrojaba su calada con chulería a los ojos de Lauren Bacall. Tengo en la nebulosa de mi memoria esa ceremonia como una historia en sí misma. Algo que estaba por encima de Bogart, de Bacall, de la película y de la vida.

El insigne Marlboro

Bien, traicionando todo mi razonamiento anterior y en favor de las vidas de todos los lectores de soitu os voy a enumerar uno detrás de otro los beneficios que obtenemos al dejar de fumar, al convertirnos de nuevo en una persona normal.

BENEFICIOS FÍSICOS  -O DE LA TONTERÍA DEL CUERPO

A los veinte minutos de dar la última calada a tu cigarro la tensión, la temperatura y el pulso se estabilizan.
A las ocho horas los niveles de monóxido de carbono empiezan a disminuir en sangre, el ex fumador se notará más atento, más activo, más libre por tanto.
Toser es un ejercicio de depuración. Limpia el alquitrán de los pulmones. Según he leído, la persona debe toser el mayor número de veces que pueda mientras no fume. Provocar su tos inhalando vapores de artillería, gas tóxico o cualquier otro elemento inflamable que estruje los pulmones a razón de favorecer el movimiento de los cilios encargados de la limpieza.

EFECTOS SECUNDARIOS -O DEL REEMPLAZO (y la vida sentimental)

Engordar es lo que, aquí, denominaremos un efecto colateral que resulta de abandonar el tabaco. La nicotina activa/aumenta el gasto energético en unas doscientas calorías al día. Los hedonistas buscarán un sustitutivo a sus caladas recién perdidas, al placer abandonado. Algunas sugerencias: la Coca-cola , la bollería industrial, el sexo (y otros que a ustedes se le ocurran). En tal caso, no seré yo el que les recomiende el similar más adecuado. Aunque podría proponerles un trato: limiten el número de cigarros al número de encuentros y esfuércense por estabilizar su vida sentimental de una vez por todas.

Dejar de fumar implica un mejor gusto en la boca, mejor aliento en un alma limpia. Previene ciertas alergias y reduce las posibilidades de sufrir cualquier tipo de enfermedad cardiovascular, así como el cáncer de cabeza y de cuello. Soluciona las espantosas resacas de tabaco que espero conozcan bien y prolonga la vida.

ESTO HA SIDO TODO -O DE LA POÉTICA DE LA CALADA

Una vez prostituido a favor de ustedes, tirada al suelo y pisoteada toda mi poética sobre la calada he de confesar que seguiré fumando hasta que me muera. O como suelo decir, para morirme. Aunque espero de ustedes más astucia. Fumen lo menos posible.