¿Está cambiando algo en la Iglesia?

Durante años ha sido uno de los caballos de batalla de la Iglesia católica. El uso del preservativo, el condón, ha sido denigrado por no ser seguro, por ser contra natura y por no cumplir con el fin primordial de la sexualidad: la procreación. Y no es que la Iglesia vaya a dejar de considerar pecado utilizar preservativos, pero han dado un primer paso, pequeño si se quiere, pero un primer paso para ello.

El uso del condón, autorizado por la Iglesia de Filipinas. ¿Primer paso del Vaticano?

Ha sido la Iglesia de Filipinas la que ha "autorizado" a su uso en aquellos matrimonios en el que uno de los dos cónyuges sufra la enfermedad del SIDA o sea portador del virus del VIH. La Conferencia Episcopal filipina lo ha autorizado, aunque, en un tema así, con matices. Dicen que debe ser "el último recurso", y que, desde luego, es preferible la abstinencia.

En medios conservadores siempre se ha dicho que para combatir el SIDA y las enfermedades de transmisión sexual, -además de los embarazos no deseados-, había que aprender el ABC, es decir "abstinence, be faithful, condom". Es decir, abstinencia, fidelidad y condón. Pero por este orden, es decir, que es preferible la abstinencia y/o la fidelidad antes que el uso de métodos anticonceptivos y de protección. La Iglesia católica ni siquiera eso. En sus múltiples viajes a África, Juan Pablo II condenó el uso del condón y fomentó la sexualidad responsable: en un continente donde la mortalidad por SIDA es la más elevada del mundo.

¿CUÁL SERÁ EL SIGUIENTE PASO?
Filipinas, de longeva influencia española, es el único país católico de Asia, y eso se nota en su tasa de natalidad. Tiene uno de los índices de nacimientos más altos de toda la región,  y una economía que no puede hacerle frente. También es un país en el que los índices de SIDA son bastante elevados.

Ahora la Iglesia filipina pone una pica en flandes y autoriza al uso de preservativos en casos extremos. ¿La razón? Salvar vidas, según su portavoz, monseñor Carros: "la Iglesia,  continúa censurando los preservativos y solo permite su uso en estos casos para salvar una vida, la de la pareja del infectado, que tiene derecho a mostrar el amor que le profesa a su cónyuge sin perjudicarle." Pero, ¿cuál será el siguiente paso?

Muchos verán esta noticia como un paso al reconocimiento de que se ha cometido un error, de que se puede usar preservativos sin caer en "pecado mortal". Pero no es probable que haya una "autorización" de usar condones. La Iglesia ha mantenido una postura firme durante los años que más difícil parecía, -con los estragos que hizo el SIDA durante los 80 y 90-. En aquellos años era más complicado justificar su postura y lo hicieron. ¿Qué podría hacer pensar que fueran a cambiar ahora de opinión?

El caso de Filipinas puede quedarse ahí, en mera anécdota: en un país con elevadas tasas de SIDA y con pocos medios, el "mal menor" sería el uso del condón. Pero de ahí a pensar que el Vaticano vaya a dar un paso en ese tema va mucha distancia. Primero porque sería admitir un error, -algo que la Iglesia tarda unos 500 años, recordemos el caso de Galileo-, y segundo porque Benedicto XVI jamás se atrevería a enmendar la plana a Juan Pablo II, que fue quien defendió con más pasión el no-uso del preservativo.

Puede que dentro de 300 o 400 años, la Iglesia católica se dé cuenta de que el uso del condón no tiene mucho que ver con la fe. El condón salva vidas, evita contagios, embarazos no desados, -y abortos, por tanto-, y es un método de control de la natalidad en países donde mueren de hambre niños cada día. Quizás reconozcan que se equivocaron, que no es tan malo usar condón, y que uno no se condena por eso en las llamas del infierno. En Filipinas se ha abierto una pequeñísima ventana. Quizás por ella se vea la luz.