Estas no son las... novedades

Bondades de salir (relativamente) temprano del trabajo. Ayer fue el caso. Llegué con el nuevo programa de Quequé recién iniciado. Es decir, con el "Noche Hache" que ahora es por la tarde y sin Eva Hache.

Así, de repente, puede parecer un poco cruel. Sé lo que cuesta levantar (o mantener) un programa de televisión, aunque se cuente con bastantes medios como es el caso. Aún así, se deja entrever que el nuevo espacio tiene mucha más careta que novedades reales.

Un decorado muy fardón, unas ráfagas curradillas al estilo de peli antigua... Un muy buen maquillaje que no llega a ocultar que el programa es herencia de la humorista segoviana.

No me disgusta Quequé, tampoco en su nuevo cometido como presentador (pese a un peinado metrosexual aplicado con babosa que no acabo de encajarle). Pero los colaboradores dejan bastante que desear, especialmente una Ana Morgade que grita más que dice.

Debo de estar viendo la luz al final del túnel: por una vez leo críticas más fieras que la mía, pese a que suelo ser bastante maniático.

No veo por ningún lado estridencia por parte del público. He leído que ríe demasiado y no deja escuchar el diálogo de los presentadores. No nos perderíamos demasiado, por otra parte.

Ah, por cierto: y los chistes sobre Aznar y demás personajillos que son historia... pues eso, son historia. Hay que renovar la cantera de chascarrillos, porque decir en la despedida que contraten a Aznar para emular a Fraga en el cine suena chusco.

Frente a un programa que abunda en las no-ticias (ellos mismos las llaman así, acertadamente, porque son chorradas tremendas), estalla Gran Hermano. Por décima temporada consecutiva.

Camuflando el bodrio como experimento sociológico, el casting tiene un color blanco caspa que chirría.

Un chico del que se ríe el público por tener voz y rasgos/movimientos femeninos, los típicos guaperas de playa, la chica estridente/estrafalaria que no asume su edad, un presentador que más que fan es clon de Jim Carrey...

¡Dios, qué panda! Estas son las novedades que nos quieren vender. Del cansancio por tanta originalidad, seguiremos cayendo en sus redes, por lo que se ve.