El Perugia, Álvaro Vitali y la inmigración

Cuando un artículo de la Wikipedia comienza con la frase “es un emprendedor y dirigente deportivo italiano” los siguientes párrafos suelen versar, casi invariablemente, sobre el vivir bizarro de algún tycoon mercachifle con un club en sus bolsillos. Y si se parece a Alvaro Vitali ya es la risa.

Jaimito y la Profesora

Pero dejemos eso para más adelante. Algunos os habréis dado cuenta, no hace falta ser muy avispado, de que ultimamente apenas escribo en La Vida en Domingo pero señor juez, tengo una coartada. Y laboral en este caso. Desde que llegué a Madrid hace cinco meses estoy trabajando en una pequeña agencia de comunicación, especializada en inmigración y el asunto me está quitando más horas de tiempo libre de las que debería. Bien, el caso es que, por asuntos laborales, me entrevisté ayer con una experta en Relaciones Internacionales italiana y entre los “Roberto Maroni es un perro fascista” y los “Berlusconi tiene una almendra por cerebro” surgió El Tema.

¿Bueno y tu de que parte de Italia eres Alessia?. Y me dice la buena mujer: soy de Perugia ¿lo conoces?. Oh si, por el fútbol. Acabáramos. Los muy futboleros sabeis bien lo que ocurre si en medio de una conversación, por lo demás ya moribunda por apasionante que sea el contexto geopolítico europeo, tu interlocutor menciona El Tema. Ves la luz y los cordones de las botas de Nakata si hace falta. Es extraño que conozcas al Perugia, son muy malos. Y claro, en esos momentos uno duda si callarse o hacerse el listo y suelta: bueno, tuvieron sus buenos momentos. Y dentro, por los engranajes podridos de tu cabeza comienzan a circular camisetas rojas con nombres raros: Nakata, Ghadaffi, el inseminador Kaviedes, Vryzas y la madre que lo pario y hay que parar antes de dar pie a que se te comienze a conocer como “aquel loco que andaba con lo de los Inmigrantes”.

Lo bueno de los clubes italianos es que siempre otorgan solución a estas situaciones y en mi caso el arreglo fue Luciano Gaucci, anterior dueño del Perugia. Siempre queda mejor, en estas reuniones, dialogar sobre lo corrupto de la sociedad que de un japonés estrella del calcio.¿Sabes que su presidente se fugó a Santo Domingo y pasea de la mano de una negra de 19 años? dijo Alessia. ¡No me digas, que mangante!, contesté con impostada incredulidad aunque por supuesto ya lo sabía. Y también que estuvo casado con una modelo 1000 años menos que el, que en su día fichó al hijo de Ghadaffi y a un surcoreano al que despidió fulminantemente por eliminar a Italia del Mundial 2002, que arruinó al Perugia y por supuesto que es igualito al grandísimo Alvaro Vitali. Cuestión de imagen.