IMAGEN DE IMPACTO

JUEVES 16 DE OCTUBRE DE 2008

Ha llamado la atención el gesto de la Reina Doña Sofía en esa visita a la ciudad de la que por aquí mismo hablaba hace ya unas horas. Desde luego, mediáticamente es de gran relevancia.

Como es habitual, periodistas y cámaras/fotógrafos van por separado. Redactores, frente al palco presidencial; gráficos, en un lateral. La disposición de las tropas a la espera del pase de revista y del desfile final impedía la visibilidad mucho más allá de las gradas laterales al palco presidencial.

Otra carpa, algo más pequeña, acogía a civiles, ya que, pese a ser en instalaciones militares, el acto se abría a la sociedad civil. Fue en pleno desfile, como a lo mejor ya habréis leído/visto/oído en otros lugares, cuando una mujer se saltó por completo el protocolo y llamó a la Reina.

Era Ángeles Chao, la madre del cabo Jorge Miguel Gago. El caso es muy conocido en Ferrol, quizás ahora un poco más en el resto de España. Es el de un militar expedientado por haber denunciado negligencia por parte de superiores de la Armada en el accidente de la fragata "Extremadura".

El siniestro, en diciembre de 2005, se cobró la vida de dos militares, de los que Gago era compañero en dicha embarcación. Pese a un férreo dispositivo de seguridad, evidente en las imágenes difundidas -con varios hombres intentando retener a la mujer-, Doña Sofía la escuchó y se acercó.

Tras presentarse como "una madre angustiada que le llama", hizo amago de entregarle una carta. Y la Reina la recogió. Para qué negarlo, esa entrega coincidió con una mayor sonoridad en los aplausos de un público más bien discreto en un acto sobrio celebrado ante la Sala de Armas del Arsenal Militar.

Gustó el gesto, independientemente de la afinidad que despierte la causa de la madre. Que opiniones, claro, hay para todos los gustos. Pero la Reina, como se suele decir, demostró su cercanía al pueblo.

Sus palabras, ni tan siquiera la escena, pudieron ser detectadas por los periodistas. Pero, está claro, sí por los gráficos, a causa de la distancia desde nuestra posición en el lugar del acto.

El sonido de las cámaras de televisión era tomado por las emisoras de radio antes del último acto de la visita de la Reina, la inauguración en el Museo de Herrerías de una exposición sobre la fotografía en la ciudad en la segunda mitad del siglo XIX. El lunes se cumplió el 150 aniversario de la concesión del título de ciudad.

La versión aportada por Jorge Miguel Gago ante el Juzgado Togado Militar que instruye la causa, revelada a los medios de comunicación, indica que el militar alertó a sus superiores de la existencia de un riesgo de explosión en la caldera de la fragata si ésta no era detenida.

Sus advertencias, dice, no fueron escuchadas. Fue expedientado en fechas recientes por la Armada a causa de unas declaraciones suyas en Localia TV. Es decir, en una entrevista que realizó quien ahora escribe estas líneas.

Eso sí, ofreció esa misma versión a otros medios locales. Se ha anunciado para él una condena de dos meses de arresto en un penal militar.

Hoy los padres han hecho patente a la Reina su petición de amparo para que se profundice en la investigación del accidente y se interceda para que el expediente abierto a Gago sea retirado. Es, desde luego, una imagen que se convierte en noticia.

Un flashazo, una imagen de impacto. No todos los días vemos, menos en estos lares, un salto de protocolo en un acto, además, de la Casa Real. Para el que no haya visto las imágenes, este enlace:

http://www.elpais.com/videos/espana/Reina/recoge/personalmente/Ferrol/carta/madre/cabo/expedientado/Armada/elpvid/20081015elpepunac_8/Ves/