Otra muerte evitable

Hay dos o tres temas que capitalizan la atención mediática en estas últimas 48 horas. Suelo escapar de todo lo que concierne a la página de sucesos, porque no siempre el método de tratamiento está a la altura. En mi modesta opinión.

En cambio, creo que el caso del jovencísimo Álvaro Ussía está siendo tratado con delicadeza y que, sí, merece mucho la pena detenerse en el desgraciado suceso, en lo que ha ocurrido.

¿Por qué? Porque todo un sector por regular, el de los porteros de discoteca, queda en entredicho. Otra vez. Al hilo, en la noche del viernes al sábado pasado un joven militar fue apuñalado a la salida de una polémica discoteca ferrolana. Y el caso casi no ha trascendido.

Porque hay pocos datos. En el caso de Ussía, abundan. Por ejemplo, la Policía Local pidió cuatro veces el cierre de la discoteca en que falleció el joven. Cuatro veces en poco más de un año. La preparación no lo hace todo, pero la falta de preparación agrava las consecuencias. Por lo visto.

Esta mañana retomaban el tema en la televisión. Destacaban, en el aspecto humano, la sencillez y discreción de la familia. Silencio, diría yo, más bien.

Sin embargo, llámenme pesimista, creo que será otro caso terrible, que nos impacte, pero que no detendrá la inoperancia política para hacer cambios efectivos.

(Foto: S. González para elmundo.es)