Mis rockeras favoritas

Durante mucho tiempo fue habitual la idea de que la música rock era cosa de hombres. En la prehistoria del rock resultaba difícil imaginar a una mujer tocando la guitarra como Chuck Berry, moviendo las caderas mientras cantaba como Elvis o formando grupos como Beatles o Stones. El papel que se les reservaba era el de histéricas fans, groupies incansables e insaciables o pacientes esposas. Poco a poco fueron apareciendo grupos de chicas, aunque en su mayoría se limitaban a poner sus preciosas caras y voces al servicio de composiciones e instrumentos (léase sin segundas, por favor) ajenos.

La irrupción de Janis Joplin modificó para siempre el panorama y desde entonces la presencia femenina en el rock y el pop se ha hecho cada vez más patente. Hoy en día, por suerte, nadie se extraña por ver a una mujer delante de un micrófono o detrás de una guitarra o bajo (lo de la batería aún es bastante raro). Lo cierto es que hay pocas cosas más sexys que ver a una chica derrochando energía en un escenario aferrada a su guitarra o susurrando con voz dulce deliciosas melodías (¿verdad, Sarkozy?). La intención de este texto es rendir homenaje a algunas de mis chicas favoritas de la historia del rock. No es una lista de las mejores cantantes, ni de las mejores instrumentistas, ni de las más guapas, ni de las más sexys, ni de las más inteligentes, ni siquiera de las que más talento poseen. ¿Cuál es el criterio entonces? Pues una mezcla de todo lo anterior más otros motivos que ni yo mismo alcanzo a explicar. Pido perdón de antemano a Marianne, Beth, Kim, Sarah y tantas otras que se han quedado a las puertas de la gloria (es decir, esta lista). Espero, chicas, que no me lo tengáis en cuenta. Aquí van mis cinco rockeras favoritas. Del cinco al uno:

• 5. Hope Sandoval

Vale, lo admito. Puede que lo suyo tuviera más que ver con el dreampop, el pop-folk vaporoso o como demonios lo queramos llamar, que con el rock propiamente dicho, pero como la definición de rock es tan imprecisa y amplia (y además, la lista es mía, y por tanto yo pongo las reglas) incluyo sin dudarlo a mi querida Esperanza Sandoval. Mazzy Star fue uno de mis grupos favoritos de los 90 y la suave voz de Sandoval, flotando entre perezosas melodías, tuvo mucho que ver. Al contrario que otras integrantes de la lista, caracterizadas por su fuerza e incluso por su agresiva sensualidad, el encanto de Hope Sandoval residía en su encantadora fragilidad y en la ternura que desprendía su menuda figura. Y, por encima de todo, en esos ojos melancólicos y esa lánguida voz que subrayaba la instrumentación al ralentí de la banda. Tras la separación de Mazzy Star sé que sacó un álbum como Hope Sandoval & The Warms of Inventions. Después le perdí la pista. Quizá sea mejor así. Permanece en la memoria como el bonito recuerdo de un antiguo amor.

Un disco: So Tonight That I Might See (1993)

'Fade into you' con voz y guitarra. Emocionante

• 4. Nico

La rubia de hielo. Nico (Christa Päffgen de nacimiento) era una modelo que se movía en el círculo de la Factory de Warhol. Éste la introdujo en la Velvet, con quienes grabó el famoso e imprescindible disco del plátano, alternando con Lou Reed en el micrófono. Su gélida voz, que te atrapa y te hiela la sangre, es el complemento perfecto a las sórdidas letras de Reed. Siempre me cautivó la serena belleza de la modelo-actriz-cantante alemana, tan glacial como su voz, y ese poso de tristeza que desprendía su imagen. Hubiera sido perfecta para hacer un papel protagonista de rubia fría a las órdenes de Hitchcock (¿la frígida Marnie tal vez?). Aunque es frecuentemente recordada por el citado disco con la Velvet, su carrera en solitario posterior es bastante notable. Después de años de excesos abandonó su adicción y se entregó a la vida sana para acabar muriendo, paradojas de la vida, al golpearse la cabeza contra la calzada tras sufrir un leve ataque al corazón montando en bicicleta en Ibiza.

Un disco: Chelsea Girl (1967)

'Femme Fatale': Nico con la Velvet en vivo. Impresionante

• 3. Deborah Harry

A finales de los 70 Blondie era uno de los máximos exponentes de la incipiente escena new wave. Al frente del grupo, una rubia de enorme carisma y espectacular belleza que irradiaba sensualidad (y sexualidad) a raudales en directo. Debbie Harry se convirtió pronto en un mito erótico, una especie de Marilyn del rock. Tras la disolución del grupo participó en diversos proyectos hasta la reunión de Blondie a finales de los 90. La banda no ha recuperado el talento de antaño, pero Debbie continúa, superados los 60, paseando su envidiable madurez por los escenarios de medio mundo.

Un disco: Parallel Lines (1978)

 

'Hanging on a telephone': Debbie en directo. Excitante

• 2. Kim Gordon

Sonic Youth ha sido uno de los grupos que me ha acompañado durante toda mi juventud. Por tanto, es inevitable que Kim Gordon, la figura femenina del grupo neoyorkino, ocupe un lugar privilegiado en esta lista. Junto a Lee Ranaldo, Thurston Moore y Steve Shelley, lleva desde 1981 tratando de domesticar el ruido en una de las trayectorias más coherentes y excitantes de la historia del rock. Aunque los últimos discos de la banda no poseen el punch de sus mejores tiempos, siguen siendo mejores que la mayoría de álbumes entronados mensualmente por la prensa especializada y en directo continúan siendo una apisonadora, con Kim, que sigue manteniendo una figura increíble a sus 55 primaveras, derrochando energía micrófono en mano o parapetada tras el bajo. A diferencia de la vida disipada que suelen llevar muchas estrellas del rock, Kim Gordon lleva más de 20 años de feliz matrimonio con Thurston Moore, con el que incluso tiene una niña. Seguramente Kim no posea la belleza de Hope, Nico o Debbie, pero su personalidad, fuerza, talento e (intuyo) inteligencia la hacen escalar hasta el segundo puesto del podio.

Un disco: Daydream Nation (1988)

'Drunken butterfly': "I love you, I love you, I love you, what's your name". Apabullante

• 1. P. J. Harvey

Vaya por delante una confesión: estoy perdidamente enamorado de Polly Jean desde que escuchara hace unos cuantos (demasiados) años ‘Rid of me’, un disco impresionante de principio a fin. Después ha editado discos oscuros (To bring you my love) o accesibles (Stories from the city, stories from the sea), para volver al rock crudo de sus inicios con ‘Uh huh her’ y teminar aparcando las guitarras hirientes para disfrazarse de heroína romántica y dejarse arrullar por el piano en ‘White Chalk’, su último álbum hasta la fecha. P.J. Harvey surgió en la época de las riot girls, pero lo suyo siempre fue más serio. Compartían actitud, letras explícitamente sexuales, la reivindicación del orgullo femenino e incluso cierta imagen agresiva, pero mientras aquéllas disparaban con balas de fogueo, Polly lo hacía con munición pesada.

P.J. Harvey fabrica canciones impresionantes, donde combina sabiamente calma y rabia, ternura y agresividad, urgencia y sosiego, sexo y amor. Pero es que además posee un atractivo físico y desprende una carga erótica indudable. Al menos para mí, porque algunos amigos argumentan en contra sus facciones faciales alejadas de la belleza ortodoxa -nariz y boca excesivas, como, qué casualidad, otro de mis amores platónicos, la rubia actriz Uma Thurman- o la extrema delgadez de un cuerpo exento de curvas. Y yo digo que sí, que tal vez tengan razón. Entonces es cuando acudo al vídeo, selecciono la cinta etiquetada como ‘P.J. Harvey FIB 2001’ y aparece ella, guitarra en ristre, sujetador y minifalda de negro satén, cantando (gritando) a capella “lick my legs, I’m on fire, lick my legs, of desire”. Y no puedo evitar volver a caer rendido a sus pies. Polly Jean, I love you.

Un disco: Rid of me (1993)

 

'Rid of me' en el Big Day Out Festival 2001. Brutal