Eva, Adán, Steve Jobs y la manzana

O de como el estado de salud de un tío puede hacer perder 6.000 millones de dólares en bolsa.

Según la teoría creacionista todos venimos de Adán y Eva, que a su vez aparecieron sobre la faz de la tierra por generación espontánea para morder la manzana y dejar por pecador a todo hijo de vecino, ya saben, lo del pecado original. Pasados unos años llegó otro señor, de nombre Steve Jobs, que puso a disposición de todos estos pecadores artilugios informáticos comprensibles y llevaderos para el más torpe de sus usuarios. Toda la industria siguió la senda marcada por la marca de la manzana empeñada en hacer buenos aparatos y fáciles de manejar.

A la marca llegaron otros dioses que en llegado el momento expulsaron al inventor de aquel paraíso terrenal lleno de teclados y ratones. Años después la soberbia de los que le nominaron hasta echarle de la dirección de aquel jardín tuvieron que plegar velas para reclamar su retorno para que resucitara a la moribunda empresa que creó. Así  Jobs ha desempeñado el papel de Adán, Eva, serpiente, dios creador y jefe de ventas de una frutería en toda esta historia. Su concurso hizo rebotar las acciones de Apple desde unos....er... creo que 17 dólares hasta superar los 200 en 2007: todo un pelotazo.

Desarrolló las ideas del sistema operativo OSX -puede que el mejor del mundo-, los iMac, los iPod, los iPhone, etc... Es capaz de ganar el doble que Dell Computers, el mayor fabricante de ordenadores del mundo facturando menos (léase margen de beneficios muy superior). Con los excelentes ordenadores que construye puede que nunca pueda echar la pata a los basados en Windows, pero su mercado crece imparable con índices de dos dígitos a base de una eficacia y facilidad de uso impagable. Los iPod, cacharros que se utilizan casi exclusivamente como reproductores musicales -de momento-, dominan su mercado con un 70% de implantación. Pase por cualquier gran superficie cercana y mire cuantos quedan en los expositores tras las fiestas navideñas: ni uno.

El último gran acierto ha sido el iPhone. Técnicamente un teléfono con capacidad internáuticas que reproduce música y gracias a las más de 15.000 aplicaciones disponibles en su catálogo de descargas hace prácticamente de todo para regocijo de las operadoras telefónicas afines y pánico generalizado entre las que no consiguieron los contratos de distribución exclusiva del deseado gadget. Apple calcula que en 2013 acaparará alrededor del 40% del mercado de teléfonos inteligentes.

Todo esto se torna dramático cuando se conoce que Steve Jobs está enfermo. Excusas, vagas explicaciones y el debido respeto a la intimidad familiar hacen cábalas sobre donde puede terminar su salud. Si Jobs es Apple y Apple es Jobs... ¿que pasará a la compañía cuando falte el pater familias?. El valor el bolsa de la compañía se arrastra hasta unos peligrosos 95 dólares por acción que han hecho retroceder en cerca de 6.000 millones de dólares los beneficios de los accionistas desde que esto ocurre.

Ya salió milagrosamente airoso hace unos años de un cáncer de páncreas, similar al que padeció Rocío Jurado, pero en esta ocasión la cosa parece ser más grave. Ha anunciado su retiro de la actividad hasta Junio y hasta ha hecho pública su preocupación por estar peor de los esperado. Ante esta tesitura la bolsa tiembla. Steve Jobs lo supervisa(ba) todo; desde la curvatura de una pantalla hasta el color de las cajas donde se distribuían los iPods. Hay multitud de anécdotas, y no todas simpáticas, pero está claro que sus manos han sido las que han creado todo esto. Cuando falte Jobs, la pregunta es ¿echarán del paraíso a los usuarios adictos y ávidos de la magia de Steve y sus manzanas?.