Una semifinal española es posible

En caso de ganar sus respectivos choques de cuartos, Nadal y Verdasco se verían en la penúltima ronda de Australia · En chicas, Carla Suárez intentará el pase a semis ante Dementieva

Fernando Verdasco, exultante tras su victoria ante el escocés Murray. Foto: AFP

Por primera vez en la historia del tenis español, tres representantes de nuestra Armada han llegado a los cuartos de final del Open de Australia. De un lado, Rafa Nadal, que volvió a batir por la vía rápida al chileno Fernando González, y Fernando Verdasco, quien parece haber adquirido una moral de rotundo campeón tras su gran final de Copa Davis, liquidando sorprendentemente a Andy Murray, en uno de los encuentros más memorables del torneo.

Del otro, nuestra 'niña' canaria, Carla Suárez, con apenas 20 años ya sabe lo que es estar entre las ocho mejores en dos Grand Slams: el año pasado en la tierra parisina de Roland Garros, y ahora, ante una pista de características absolutamente contrapuestas, también lo ha logrado. Una nueva muestra de que nuestro tenis abandonó su encasillamiento en las pistas lentas hace ya varios años.

Pero, una vez que podemos seguir este Abierto de Australia con auténtica emoción hasta sus rondas finales, es inevitable pedir un poquito más. Y ese poquito supondría que, en caso de los hombres, si Rafa venciera al francés Gilles Simon, y Verdasco hiciera lo propio ante el también galo Jo-Wilfred Tsonga, ambos se verían las caras en una semifinal española, auténtico hito de nuestro deporte allá en las Antípodas.

De la misma manera, nos aseguraríamos a uno de los nuestros en la final, para la cual quedan ya muy pocos aspirantes: Andy Roddick, tras la retirada de Djokovic por el tremendo calor, y Federer o Del Potro -cuyo partido se disputa en este momento-, conformarían la otra semifinal. 

Por su parte, Carla Suárez buscará el pase a semis ante la cabeza de serie número 4, Elena Dementieva. Si bien, poco parece importar el ránking a esta chica. Así pueden corroborarlo, entre otras, la francesa Amélie Mauresmo el pasado año en París, o la mismísima Venus Williams hace unos pocos días, en la segunda ronda del abierto australiano. Confíemos en que la rusa sea una nueva víctima de nuestra alumna aventajada.