La historia la escribe Rafa

Nadal se convierte en el primer español en ganar el Abierto de Australia, y aumenta su leyenda, siendo nuevamente verdugo de Roger Federer

Rafa, exhultante tras su victoria

Sin precedentes. Hasta hoy, nuestro tenis no contaba con ningún ganador del Abierto de Australia. Pero ahora, sabemos por qué: era un capricho de la historia, con el fin de que dicha espina fuera extraída por el mejor tenista español de todos los tiempos. Rafa Nadal ha escrito una nueva página en la memoria de nuestro deporte, y por añadidura, del tenis mundial. Lo ha hecho, nuevamente, confirmándose como la bestia negra del suizo Roger Federer, quien perseguía su cuarta victoria en Australia, e igualar los catorce Grand Slams del 'pistolero', Pete Sampras. Tendrá que esperar.

Y ello, porque Rafa se ha vuelto a cruzar en su camino, lo que menos deseaba el suizo. Federer afronta cada duelo con el manacorí sabedor de que hay numerosos factores que tiene perdidos de antemano: garra, coraje, fuerza, arrojo... características que pueden concentrarse en un sólo término, referente también a las partes bajas de todo varón, y que son propias del campeón español del siglo XXI. Así ha logrado el manacorí su sexto 'grande', en un partido con 5 sets (7-5, 3-6, 7-6, 3-6, 6-2) y casi 5 horas de duración.

Tras una sucesión de breaks inicial, Federer asumió la delantera en el primer set. Llegó a colocarse con 4-2 y bola para él. Una nueva rotura de Rafa, y el mantenimiento de su servicio, volvieron a igualar la contienda. Ambos se llevaron su saque una vez más, colocando el 5-5. Todo apuntaba a una muerte súbita. Pero en el momento más importante, Rafa conseguía un nuevo break, poniéndose arriba por vez primera. Lo tenía todo de cara para anotarse la primera manga. Y no falló. 7-5, y el suizo con la mosca ya detrás de la oreja.

El segundo set empezó de nuevo con reparto de juegos. Ninguno lograba un break, hasta que, con 2-2, lo hizo Nadal. Sin embargo, iba a ser éste el último juego para el español. Federer conseguía cuatro consecutivos, para llevarse el set e igualar el encuentro. Eran los mejores minutos del suizo, apoyado principalmente en el revés, una de sus principales armas.

El tercer set se antojaba clave. Lo fue, además de espectacular. Rafa tenía que sobreponerse al gran momento de Federer, que parecía pensar en que el cansancio, esta vez sí, acabaría haciendo mella en la casi perfecta máquina española. El comienzo era nuevamente igualado, y de nuevo, tras dos juegos para cada uno, Nadal se encontraba con 3-2 a favor.

En esta ocasión, el suizo no iba a poner la directa como en la manga anterior, sino que el marcador seguía moviéndose de uno en uno para cada jugador. Con 4-4 y saque para el español, Federer se encontró con tres bolas de break. Delicadísimo momento, que Rafa acabó salvando, logrando el 5-4. Roger ponía el 5-5, para vivir después un dramático undécimo juego, que acabó ganando Nadal. Finalmente, hubo que llegar al tie-break. En él, Rafa se impuso contundentemente, por 7-3.

Federer, herido en su orgullo, comenzó a soltar la mano más que nunca. En un suspiro se ponía con 2-0. Pero no hizo más que volver a despertar a la fiera, que logró el break y después el 2-2. Roger se desgañitaba, sudando mares para lograr el 3-2, uno de los mejores juegos del partido. Volvía a ponerse con dos arriba el suizo. Un juego en blanco le colocaba con 5-2. El quinto set era prácticamente un hecho. 

Así, tras anotarse su saque Rafa, Federer puso el 6-3. El desenlace iba a tener lugar, como era de esperar, en el último set. Empezó sacando Rafa, factor importantísimo. Con 2-1 para el español, tendría lugar el principio del fin de Roger. El suizo perdió su servicio, y Nadal logró el 4-1. Respondía Federer con un juego en blanco, pero ya había dicho prácticamente adiós al torneo

Para más inri, Nadal respondió con otro juego en blanco, quedándose a sólo un paso del título.  No esperaría más, iba a ganar rompiendo el servicio de Federer, un Federer al borde del suicidio. Rafa ya reina en Australia. Ya reina en pista dura.

Con su sexto Grand Slam, Nadal se sitúa a ocho de Sampras, y a siete de Federer. Pero lo más importante, es que hay algo que tiene al alcance, y que ni uno consiguió, ni otro tiene parece que vaya a conseguirlo. Se trata del Golden Slam, que supone vencer en los cuatro grandes y en unos Juegos Olímpicos, aunque no sea de forma consecutiva. Hasta ahora, el único en hacerlo fue Andre Agassi.

Al español sólo le queda el US Open, en el que ya alcanzó las semifinales el año pasado. Si lo hace en 2009, con 23 años, tendrá ante sí una infinidad de tiempo para seguir rellenando capítulos de ese extenso libro llamado Historia. Porque la Historia, no lo olvidemos, la escribe Rafa.