Roman Polanski, el Humbert Humbert polaco

La línea que divide realidad y ficción es delgadísima, tanto quizá, como la cintura de una niña de trece años. Yo disfruto de lo primero, quiero dejarlo claro. Roman Polanski de las dos. La huida del director polaco a Europa tras ser acusado de mantener relaciones sexuales con una niña de trece años y el asesinato de Sharon Tate, su mujer, a manos del diablo nos vuelven a poner sobre aviso: la línea que divide realidad y ficción es delgadísima, tanto quizá, como en las obras de este absoluto genio del cine. Algunas de estas claves aparecen desarrolladas en 'Roman Polanski: Wanted and Desire', documental que mañana llega a nuestras pantallas.

El caso Roman Polanski

Desde sus inicios como actor/cortometrajista Polanski ha frecuentado esa línea con abrumadora perspicacia, mostrándonos siempre las partes de un todo que se mostraba ambiguo, impredecible, terrorífico. Ejemplos claros son: 'Dwaj ludzie z szafa', 1958 ('Dos hombres y un armario'), clara reivindicación del malestar del pueblo judío en el mundo, o 'Gdy spadaja aniol', 1959 ('Ángeles caídos en España') en mi opinión su mejor cortometraje.

En sus primeras grandes obras advertimos al Polanski más puro. 'El cuchillo en el agua', 1962; 'Repulsión', 1965; 'La semilla del diablo', 1968; 'Quimérico inquilino', 1976, pueden ser consideradas películas-exorcismo, episodios de una psicología frenética y profundamente perturbadora. Bastan cuatro películas para reconocer al genio y comprender que los sucesos acaecidos en su niñez construyeron a la persona y al artista. La obsesión, la angustia y la locura encontraron la válvula de escape perfecta en el cinematógrafo.

En 1977, tras el asesinato de su esposa y amigos a manos de la familia Manson, se entremezclan los hechos y personajes: Jack Nicholson, la nínfula de trece años que hizo de él un émulo del pederasta nabokoviano Humbert Humbert, un reportaje fotográfico para Vogue, un jacuzzi, un arsenal de drogas y el propio Polanski. Esta absurda combinación pone fin a su etapa de libertinaje, en palabras de Polanski: a su terapia. Con la reputación hecha añicos el director polaco huye a Europa para salvar el cuello.

Marina Zetovich da buena cuenta de ello en 'Roman Polanski: Wanted and Desired'. Una película documental que narra precisamente su huida, el infierno personal que vive el director tras perder a su familia, amigos. Tras perderlo todo. Zetovich empuja la línea de la ficción a lo real, quizás por primera vez. 

La película se estrena mañana en nuestros cines. Vayan, Polanski hará el resto.

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