La vuelta a la vida real

He desconectado de todo y de casi todos durante dos días. Me esperaba Oporto, ciudad que no dejaría de recomendar en la vida. Será el río, serán sus casas, serán miles de cosas las que le dan encanto infinito. Un aroma especial a orillas del Douro.

A un lado, Vila Nova de Gaia; al otro, previo paso por el puente Luiz I, Oporto. Dos días de viaje de trabajo, pero con muchísimo tiempo de disfrute y con excelente compañía. Un muy buen hotel en Gaia, comida en abundancia, bebida en exceso (no piensen mal), paisaje, conversaciones...

Algunos, sobre todo algunas, recordarán/recordaremos este viaje por muchas frases, por muchos apodos, por una nueva bebida que no sé cómo vamos a importar a Ferrol... Por muchísimas cosas buenas, la verdad.

Sabemos algo más de vinos, de variedades, de colores, de "sabores explosivos", de descubrir lugares recónditos una vez que paladeamos ("taninos", for example)... Tenemos un máster por la cara.

Hoy volví a la realidad. A las ruedas de prensa, las prisas, los temas de siempre... sin habitación demasiado amplia en hotelazo de por medio. Vértigo en el ambiente. Parece que regresase de unas eternas vacaciones. Y sólo fueron dos días...

No sé por qué, siempre que me ausento, aunque sea unas horas, el mundo gira demasiado. Que si políticos y amiguetes suyos a la cárcel, ministros de caza con jueces, famosas que venden más que nunca sus miserias... "This is the life", dice Amy McDonald.