El Alzheimer, el derbi catalán y las ironías de la jornada

Tres de los equipos que se sitúan en los primeros puestos de la tabla de la Liga española -me niego a denominarla con nombre de banco-, jugaban ayer sus respectivos partidos a la misma hora. Un problema para los espectadores de televisión -al menos los que no pagan-, y una delicia para todo aquel que le guste escucharlo por la radio. El partido del Camp Nou venía "patrocinado" por la asociación de lucha contra el Alzheimer del ex 'president' Pasqual Maragall. Pero parece ser que, precisamente en ese campo, no funcionó...

Raúl y Huntelaar, bi-goleadores ayer

Tras cuatro años sin verse las caras prácticamente, el señor Maragall conseguía sentar en la misma mesa a los presidentes del Barça y el Espanyol. Pero pronto se olvdaron de que aquello pretendía ser una reconciliación y, al parecer, no se dirigieron apenas la palabra durante el convite. Después, Sánchez-Llibre ni siquiera fue al Camp Nou.

Y en el derbi, más olvidos. El Barça olvidó que era líder y que jugaba de maravilla. El Espanyol hizo lo propio con su posición de colista. Messi se olvidó de que había que meter la pelotita entre los tres palos, y parece que le contagió este 'Alzheimer pasajero' a su compañero Henry, que falló un cabezazo muy cerca de la portería.

El fallo de memoria afectó incluso al árbitro, que debió olvidar el reglamento futbolístico y decidió abrir una barra libre de tarjetas amarillas y expulsó de roja directa a Keita (del Barça), a pesar de que no llegó a tocar al contrario -aunque entró en plancha, eso sí, pero eso es amarilla-.

Aunque el Espanyol tampoco es que jugase mucho, su mediocentro estrella, Iván de la Peña, tuvo un destello de memoria y recordó cómo era aquello de marcar gol, después de cuatro años sin hacerlo. Lo que debió olvidar a cambio eran los colores del club donde debutó, pues celebró el gol como si nunca hubiese jugado en el Barça.

Para más inri, De la Peña marcó otro gol -una vaselina perfecta-, gracias a Víctor Valdés, que olvidó que no hay que pasarle la pelota al contrario. No es la primera vez que le pasa. El único del Barcelona que mantuvo la memoria fresca fue Touré, que acortó distancias ya en la segunda parte.

Y finalmente este maremágnum de desmemoria llegó al banquillo. Allí, Guardiola olvidó que tenía a algún delantero como Bojan y cambió a Henry por Busquets, un mediocampista. También sacó a Eto'o y metió a Gudjonsen, pero a éste lo situó más retrasado. Es decir, el mundo al revés. El colista gana, el líder pierde. Marca el que llevaba cuatro años sin marcar y gana en el Camp Nou el que llevaba 27 años sin ganar allí.

Y si en Barcelona hubo Alzheimer, en Madrid todo lo contrario. El Real Madrid se enfrentó a ese Betis que ganó el derbi sevillano en campo contrario, el que puso contra las cuerdas al Barça, el que llevaba el disfraz de matagigantes. Pero al entrar en el Bernabéu, todos recuperaron la memoria. Los verdiblancos recordaron que están más cerca del descenso que de Europa. Y el Madrid recordó que aún hay Liga.

Higuaín nunca se ha olvidado de lo que es marcar gol, así que empezó él la sangría. Después vendrían Raúl y Huntelaar. El capitán fue el único que olvidó algo: que ya ha batido casi todos los récords, que puede parar si quiere. Pero no quiere. Y el holandés, que se quejaba por no jugar la Champions, recordó con un par de goles porqué está tan contento en el Real Madrid. Después llegaría el gol de Sergio Ramos, que volvió a ser el que todos recordábamos. Para el Betis marcó Oliveira, para que no nos olvidáramos de él.

Con un 6-1 en la primera parte el árbitro podía haber dado por concluído el encuentro, pero recordó que eso no está permitido y se tuvo que jugar la otra mitad. Una segunda parte en la que hubo ocasiones por ambas partes, más por el Madrid que por el Betis, y en la que debió soplar viento del noreste, porque a Casillas se le olvidó eso de no hacer cantadas -regaló un balón a Oliveira... ¡como Valdés!- y Juande realizó los tres cambios a la vez en el descanso, toda una temeridad. Mientras, el público vitoreaba cada gol de De la Peña, recordando el ambiente de hace un par de años, cuando el Espanyol le dio una Liga al Madrid, empatando en el Camp Nou.

El partido del Villarreal-Sporting (2-1) se vio eclipsado por los otros dos encuentros y casi nadie se acordó de ellos. Y en partido de las diez e la noche entre Sevilla y Atlético resultó un tremendo ejercicio de desmemoria colectiva sobre en qué consiste en fútbol, al menos hasta el minuto 85, cuando el sevillista Jesús Navas metió gol, y el Atlético y sus aficionados se acordaron de porqué les llaman 'los pupas'.