Los y las Jóvenes LGBT de España necesitan también un Informe de Juventud

Murcia, 24 de febrero de 2009. "...No me siento representado por el Informe de Juventud 2008 del Injuve como minoría sexual..."

Con estas palabras, Johan Girón Rizo, Presidente de la Asociación Colectivo de
Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales de la Región de Murcia "COLEGA
MURCIA", abría el debate sobre la situación de los y las jóvenes LGBT de España
en las Jornadas "Jóvenes. Panorámica de una Realidad" organizadas por el Injuve
el pasado 19 y 20 de febrero de 2009 en la ciudad de Sevilla.

Con motivo de la última mesa de debate "Género y Diálogo Intercultural", el
representante de Colega Murcia preguntó a los autores del Informe de Juventud
en España 2008 sobre la inclusión de la variable orientación sexual como
variable de estudio del Informe, sobre la adecuación de algunas preguntas a los
colectivos LGBT y sobre la representatividad de las categoría de análisis que
el Informe utiliza para dar cuenta de la realidad de los y las jóvenes
en España.

Cuestiones como la maternidad-paternidad, la distribución de las
responsabilidades en el hogar, los imaginarios sociales de los y las jóvenes
con respecto a los roles masculino y femenino tradicionales, los espacios de
ocio entre pares y la violencia en las relaciones de pareja, son, entre otros
aspectos, cuestiones que quedan fuera o sin respuesta en el Informe. ¿Qué pasa
con las familias homoparentales? ¿Es el botellón una práctica social común
entre colectivo LGBT? ¿Existen o no los roles tradicionales de género en las
relaciones de pareja chicos/as LGBT? Cuando la mujer es quien maltrata,
¿podemos hablar de violencia de género? ¿Qué pasa si una chica lesbiana es
victima de violencia por parte de su pareja?

Sobre estas cuestiones los autores del Informe Juventud en España 2008 tuvieron
la oportunidad de contestar. María Jesús Fune Rivas, Dra. en Ciencias Políticas
y Sociología, autora del Tomo IV "Cultura, Política y sociedad", resaltó la
importancia de este punto y afirmó que lamentablemente este Informe no
contempla estas cuestiones; que aún ellos como investigadores se ven, en
algunas ocasiones, influenciados por esteriotipos sociales que se encuentran
aun muy marcados en la sociedad. Fune recordó además que los y las homosexuales
en España son una categoría excluida socialmente y que existe un porcentaje
significativo de jóvenes en España que rechaza la homosexualidad; caso que se
da más en hombre que en mujeres y más probable entre los más jóvenes.

Existen además limitaciones metodológicas considerables a tener en cuenta a la
hora de abordar científicamente la realidad de los y las jóvenes LGBT en España
como, por ejemplo: los procedimientos de muestreo de la población, la
representatividad de los datos y la generalización de los resultados; concluyó
Fune.

Por su parte, Sonia Parella Rubio, Dra. en Sociología y autora del Tomo V
"Desigualdades de Género. Jóvenes Inmigrantes", coincidió con Fune en la importancia
que tiene abordar desde las administraciones públicas la realidad del colectivo LGBT
y lamenta que este estudio no lo contemple por los motivos antes expuestos.

Por otra parte, Andreu López Blasco, Dr. en Sociología, afirmó que en el Tomo I del
Informe, "Jóvenes en una sociedad cambiante: Demografía y Transiciones a la vida
adulta", se incluyen algunos indicadores al respecto y que le hubiera gustado haber
contado con el reporte narrativo de alguna persona LGBT para su estudio.

Para finalizar, desde COLEGA MURCIA se resaltó la importancia de incluir las
particularidades de la población joven LGBT de España en los próximos estudios
y se hizo un llamado a las administraciones públicas para unir esfuerzos para
conseguirlo.


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Sobre este tema el Informe de la Juventud en España nos aporta lo siguiente:

Entre la juventud (especialmente masculina) perviven importantes cotas de rechazo
hacia la homosexualidad. Se observa una diferencia entre los géneros de 18 puntos de
mayor rechazo por parte de los varones al plantear "cómo afectaría a las relaciones
de amistad que tu mejor amigo/a te dijera que es homosexual" (el 88% de las mujeres
lo aceptaría frente al 70% de los hombres).

Según Domingo Comas (Tomo III "Estado de Salud de la Juventud"): Las tasas de homo y
bisexualidad.

La tasa global de homosexualidad y de bisexualidad reconocida entre los y las
jóvenes en España se sitúa en el 3,5%. Entre los varones dicha tasa sería del 4,0% y
entre las mujeres del 3,0%. , pero antes de interpretar estos datos deberíamos tener
en cuenta los referidos a la evolución de las mismas, así como ciertas
consideraciones metodológicas que realizaba en el IJE-2004 (Comas, 2004).

Se observa también cómo en la serie de los IJEs, desde el año 2000 las tasas de
homosexualidad se van incrementando, tanto para varones como para mujeres. Pero las
máximas se sitúan en el año 2002, en una investigación realizada conjuntamente por
la FAD y el INJUVE en la que se ensayó un procedimiento inédito para preservar la
confidencialidad en la encuesta. Los resultados fueron muy distintos y los
consideramos en aquella ocasión
muy fiables (Comas, 2003).

Por su parte la tasa de relaciones homosexuales al menos una vez en la vida de la
encuesta sobre hábitos sexuales del INE es de un 3,3% del conjunto de la población
entre 18/49 años, un poco más entre los varones (3,9%) que entre mujeres (2,7%).
Entre los jóvenes el INE establece una tasa muy similar (3,4%), aproximando los
valores de mujeres (3,0%) y varones (3,8%).

¿Cómo debemos interpretar todos estos datos? En el IJE-2004 explicaba las razones
metodológicas que me permitían considerar los datos de la encuesta de 2002 como los
más fiables.También realizaba una estimación que establecía que el porcentaje
depersonas jóvenes que habían tenido relaciones homosexuales al cumplir los 30
años, debía situarse en el entorno de un 6% para los varones y de un 7% para las
mujeres. Todo lo que no llegara a estas cifras debía por tanto considerarse como un
"ocultamiento" de la identidad homosexual. No voy a repetir los argumentos
metodológicos, ni los cálculos, que aparecen en el IJE-2004 (Comas, 2004), pero sí
puedo decir la previsible evolución de las tasas de homosexualidad, hasta alcanzar
estas cifras, lo que refleja no es tanto un crecimiento de la homosexualidad, sino
una disminución del grado de ocultamiento de su condición sexual por parte de los y
las jóvenes.

Una vez establecido este punto ya podemos interpretar los datos del IJE-2008.

De la misma se deduce que sigue manteniéndose, en una entrevista personal, un alto
nivel de ocultamiento, que afecta a uno de cada tres varones (4% sobre 6%) y a más
de la mitad de las mujeres jóvenes (3% sobre 7%).
También es cierto que esta dinámica del ocultamiento revela, a pesar de que la
escasez de la muestra en los diversos grupos de edad produce distorsiones, una
trayectoria evolutiva muy clara, ya que de hecho el ocultamiento es mayor entre
jóvenes adultos que entre adolescentes. Si además añadimos a quienes no quieren
contestar la tendencia es más evidente.

Por si fuera poco hay que tener en cuenta que el factor "edad de inicio en
las relaciones sexuales" y la posibilidad de "percibir la condición sexual" se
puede retrasar, lo que significa que las tasas reales deberían ir ascendiendo con
la edad. Pero de hecho no es así. ¿Qué significa esto? Pues que quienes son más
jóvenes están en un periodo histórico de profundos cambios legales en esta materia,
asumiendo de forma más natural su identidad homosexual.

Por otra parte no podemos dejar de considerar que las y los jóvenes adultos del
IJE-2008, eran adolescentes en el IJE-2000, un momento en el cual las tasas de
ocultamiento eran mayores que en la actualidad, lo que
significa que "el componente generacional" ha pesado más que el avance hacia la
condición de adulto y el posible y progresivo reconocimiento de la condición sexual.
Es decir, los cambios sociales y legales, están siendo mejor
aprovechados por quienes se plantean por primera vez la cuestión (al llegar a la
adolescencia) que por quienes se lo tuvieron que plantear hace algunos años y
tomaron una decisión que incluía en muchos casos ocultar su
identidad.

En todo caso la evolución de los datos a lo largo de esta primera década del siglo
XXI, nos indica una importante caída de las tasas de ocultamiento de la condición
homo y bisexual, especialmente entre los varones, entre los cuales el grado de
reconocimiento de la condición homo y bisexual se ha duplicado, mientras que entre
las mujeres ha crecido el 50%. De continuar la tendencia y suponiendo que la cifra
de estimación real fuera correcta y estable, el
proceso de "normalización" para los varones jóvenes concluiría en los próximos años
y aparecería cerrado en el IJE-2012. En el caso de las mujeres se prolongaría unos
años más. También es cierto que las organizaciones de gays llevan muchos años
trabajando en este tema, mientras que las de lesbianas han comenzado más tarde,
aunque en la actualidad están en plena movilización.

Para finalizar esta cuestión parece interesante cruzar los datos de reconocimiento
tanto de la homo como de la bisexualidad con la identificación religiosa, ya que
hay un posicionamiento claro tanto de la iglesia católica como de otras confesiones
religiosas contra la homosexualidad. Pues bien, podemos ver en este Informe cómo no
son las creencias religiosas las que determinan el reconocimiento de la condición
sexual. Aunque es cierto que quienes se declaran agnósticos, es decir quienes según
el DRAE profesan una "actitud filosófica que declara inaccesible al entendimiento
humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende la experiencia",
muestran una tasa de reconocimiento de su homo y bisexualidad, tanto varones como
mujeres, superior a la media esperada, pero las personas jóvenes católicas
practicantes y las creyentes en otra religión se sitúan sobre la media de la
población general de jóvenes, mientras que quienes se declaran indiferentes, no
practicantes y no creyentes son quienes se sitúan por debajo de la media.

¿Qué significa esto? Pues seguramente que todas aquellas personas jóvenes que
se sienten homo o bisexuales tienden a vivir esta situación de una manera muy
intensa que incluye la necesidad de racionalizar en lo personal, y cuando se asume
públicamente, de conceptualizarla como un derecho. Esto explica que muy pocos de
quienes se declaran homo o bisexuales, se muestren a la vez indiferentes o no
practicantes en materia religiosa. Pero a la vez, no todos las personas jóvenes que
son efectivamente religiosas, abandonan, como ocurría en el pasado, sus creencias,
porque su iglesia no les apoya, aunque es cierto que la mayoría se convierten en
agnósticos. Continúan en su iglesia y continúan defendiendo su opción sexual. Se
trata de un cambio interesante.

Para más información sobre esta noticia o sobre la Confederación Española COLEGAS: www.colegaweb.org