Intervención de Cayo Lara ante el grupo parlamentario de la Izquierda Unitaria Europea-Izquierda Verde Nórdica

Una alternativa al neoliberalismo imperante de la derecha política y de la socialdemocracia, que ha renunciado hasta a sus propios principios ideológicos en muchas materias políticas y especialmente en la política económica.

Querido Presidente, queridos parlamentarios y parlamentarias:

En nombre de Izquierda Unida de España, quiero agradeceros la invitación que nos habéis cursado para asistir a éste encuentro y trasladaros nuestros más sinceros y fraternales saludos a todos los miembros del Grupo de la izquierda Unitaria Europea –Izquierda Verde Nórdica, que en éste Parlamento os esforzáis en la defensa de iniciativas que pretenden avanzar hacia la Europa más social, más justa e igualitaria y que llegue a ejercer influencia para conseguir el sueño posible de un mundo sin hambrunas, sin guerras y en el que sea posible convivir respetando el medio que nos ha visto nacer.

El pasado 15 y 16 de Noviembre hemos celebrado nuestra IX Asamblea Federal y en ella hemos ratificado nuestra firme voluntad de continuar en el PIE y de seguir formando parte del Grupo de la izquierda Unitaria Europea –Izquierda Verde Nórdica con la modesta presencia de nuestro compañero Willy Meyer, que confiamos sea ratificado por la organización y por la sociedad española en las próximas elecciones europeas para continuar en el siguiente periodo legislativo siendo la voz de la izquierda española en éste Grupo y en el Parlamento.

También quiero trasladaros que nuestra Asamblea Federal decidió aprobar unos documentos, por amplia mayoría, que sitúan nítidamente la acción política de Izquierda Unida en una línea claramente anticapitalista, dónde la centralidad se sitúa en la contradicción capital-trabajo y que al mismo tiempo apuesta seriamente por un desarrollo sostenible ante ésta crisis profunda y desgarradora del sistema capitalista de producción y consumo, que ha situado al mundo ante lo que hemos definido como una crisis de civilización, una crisis alimentaria, financiera, económica, medio ambiental, y también de valores en la sociedad. Con una voladura controlada del derecho internacional y una apuesta intolerable del gasto militar donde proliferan conflictos armados.

La pluralidad de un movimiento político y social como es Izquierda Unida, nos llevó a que en la Asamblea concurrieran 5 candidaturas surgidas de entre los 800 delegados y delegadas asistentes que representaban a los cerca de 50.000 afiliados de IU. Estas 5 candidaturas surgían de las distintas sensibilidades existentes en la organización. La candidatura apoyada por el PCE y otros colectivos fue la más votada con un 43%, seguida de la de IU Abierta ligada al anterior Coordinador, Gaspar Llamazares , que obtuvo un 27% de apoyos. Una tercera candidatura con un 18% de los votos estaba formada por algunas federaciones que aunque habían apoyado a la anterior dirección, se habían desmarcado en los últimos meses de las políticas practicadas. Finalmente las dos candidaturas restantes obtuvieron un 5 y un 4% respetivamente y representan un espacio crítico y al Sindicato del Obreros del Campo que forma parte de la pluralidad en la Federación Andaluza.

La apuesta de la candidatura mayoritaria que yo mismo encabezaba, fue la de proponer, y así fue aceptada, una dirección colegiada y compartida integrada por representantes de las 5 candidaturas en función del apoyo exacto que cada una de ellas había recibido en la Asamblea federal.

Así hemos constituido una dirección de todos y todas, sin exclusiones, que nos debe permitir situarnos en el debate político con los problemas reales que tiene la sociedad, haciendo del entendimiento y el acuerdo la regla de oro que ha de permitirnos trasladar una propuesta unitaria a la ciudadanía, sin disensos ni inhibiciones del conjunto de la organización.

Nos unen los documentos aprobados en la Asamblea, la profunda crisis del sistema capitalista y la voluntad decidida de trabajar para la construcción de la alternativa con lo que hemos definido como el Socialismo del Siglo XXI. Una alternativa al neoliberalismo imperante de la derecha política y de la socialdemocracia, que ha renunciado hasta a sus propios principios ideológicos en muchas materias políticas y especialmente en la política económica.

Construir la alternativa no es un camino fácil, cuando además de nuestras propias debilidades internas llevamos 30 años enfrentándonos con un sistema electoral planificado para consolidar un bipartidismo en España penalizando a fuerzas políticas como la nuestra. En la actualidad cada uno de los dos escaños que tenemos en el Parlamento Español nos ha costado cerca de 500.000 votos cuando el Partido Popular y el PSOE lo obtienen con unos 60.000 votos. Con una Ley proporcional y justa en éste momento Izquierda Unida debería tener 14 escaños. Así los dos grandes partidos, PP Y PSOE, son los beneficiarios directos de ésta situación que han preferido gobernar con partidos nacionalistas conservadores (no penalizados por el sistema electoral) en lugar de hacer posible que la izquierda que representamos tenga en el Parlamento la representación real que los ciudadanos si nos quieren dar con su confianza.

Quiero trasladados igualmente en unas breves pinceladas nuestra visión de la situación económica española, con un drama humano de 3.200.000 parados, 900.000 de los cuales no percibe prestación alguna por desempleo, y con unas previsiones de la CE que a finales de 2009 llegaremos al 18,7% de parados que se traduce en 4.300.000 personas.

Y esto es así, porque el modelo de desarrollo de estos 15 últimos años de crecimiento económico se ha basado en la economía especulativa de la vivienda, en los últimos años se han construido en España 800.000 viviendas año, tantas como Alemania, Francia y Reino Unido juntos, en salarios bajos, (11 millones de personas cobran 1.000 euros al mes), la precariedad laboral, el 31% de la contratación es temporal, la privatización de servicios públicos, desregulación del mercado laboral, una balanza de pagos escandalosamente deficitaria, muy débil protección social y una política fiscal regresiva por la que a través de las diversas reformas de los gobiernos en los últimos 10 años, el Estado deja de ingresar en sus arcas unos 20.000 millones de euros anualmente. Los beneficios de la banca y de los grandes promotores inmobiliarios han sido intolerables, ahora socorridos por el gobierno que privatizó los beneficios y ahora quiere socializar las perdidas inyectando a la banca recursos sin control ni participación del Estado para que tapen sus agujeros.

Con ello, estamos en el momento de defender un modelo económico alternativo que contemple el interés social sobre el beneficio privado, basado en un desarrollo social y ecológicamente sostenible, en el control público y social de la economía, la planificación democrática de la misma y la intervención de los trabajadores en la organización del trabajo y el control del excedente económico.

Un modelo que impulse una fiscalidad progresiva, planificando democráticamente la economía, la creación de un Sector Público Económico que incluya desde una Banca Pública (como primer paso a la nacionalización del sistema financiero) hasta la investigación, la producción y la distribución farmacéutica pasando por el resto de sectores estratégicos; el mantenimiento de la propiedad y la gestión pública de los servicios públicos asi como el reconocimiento de los derechos sociales básicos como derechos subjetivos y exigibles.

Frente a los intentos de refundación del capitalismo decimos que solo el socialismo puede dar solución a los problemas de los trabajadores, de los pueblos y del Planeta. IU se ha comprometido en trabajar por la consecución de un nuevo orden internacional basado en el respeto al derecho internacional, la multilateralidad y la soberanía de los pueblos

En éste marco es necesario un cambio radical en las relaciones económicas internacionales y un nuevo modelo de integración europea. Así los organismos económicos internacionales (FMI, Banco Mundial y otras Instituciones Financieras Multilaterales) deben ser radicalmente reformados para evitar la supremacía que en los mismos tienen EEUU y otros países de la OCDE y puestos bajo la dependencia de Naciones Unidas.

La OMC debe ser profundamente transformada, de forma que el criterio de las negociaciones que se desarrollan en su seno sea el del desarrollo sostenible de todos los pueblos y la colaboración, y no el de una supuesta libre competencia que ha tenido como consecuencia el aumento de la pobreza en el mundo.

Esta crisis no es más que la demostración del fracaso de la Estrategia de Lisboa y de la concepción de una Europa basada en un modelo económico que prioriza los intereses de las multinacionales y el sector financiero por encima de los derechos de los ciudadanos, es decir en un modelo en donde siempre gana el mercado y los grandes capitales en perjuicio del ciudadano.

Los planes que presentan los líderes de la UE para salir de la crisis lo único que pretenden es reconstruir y refundar el capitalismo, lo cual es un grave error. La Europa que hoy los 27 intentan apuntalar es la Europa de la involución de los derechos, es la Europa que, entre otras, aprobó la Directiva de retorno de las personas inmigrantes.

Ante esta situación de crisis económica nuestra tarea es trabajar en la línea de concienciar a la población de que es preciso refundar la idea de una Unión Europea donde el pleno empleo de calidad, la lucha contra la precariedad, la temporalidad, la siniestralidad y las deslocalizaciones y la instauración del estado social deben ser objetivos que guíen su política económica, reforzando las garantías sociales, coordinando las políticas económicas y armonizando las fiscales.

Para ello es necesario el replanteamiento de una nueva construcción europea cuya economía se base en la intervención pública, en donde se preste especial atención a los sectores estratégicos europeos tales como la energía eléctrica y la derivada del petróleo, la industria naval y un sector de la industria automovilística, los transportes, el agua y los servicios postales, procediendo a su nacionalización en su caso.

En esta misma dirección es cada vez más necesario el control público del Banco Central Europeo ya que es inaceptable que una institución tan poderosa no pueda ser influenciada por los representantes de la ciudadanía. El BCE debería tener la responsabilidad de apoyar el desarrollo, la inversión y el empleo y no la estabilidad y el control de precios para, de este modo, potenciar el objetivo del pleno empleo.

Lo que no es justificable es el desembolso de dinero público para tapar los agujeros de las instituciones financieras que se han estado lucrando a costa del ciudadano de una manera inmoral. Si no existe dinero para invertir en servicios públicos como la sanidad o la educación, ¿cómo puede haberlo para dárselo a los bancos?

Nosotros abogamos por la nacionalización del sector petrolero, así como para una parte fundamental del sector eléctrico. Parte de los beneficios de estas empresas nacionalizadas se destinarían a la inversión en I+D para poder abordar de una manera seria el debate de la sociedad post petróleo, planteando una mayor eficiencia en el consumo y apostando claramente por las energías renovables.

Todo este proceso debería ir acompañado desde Europa de la redefinición del proyecto para eliminar los ataques al modelo social europeo de los cuales son ejemplo la Directiva de servicios públicos, la de trabajadores desplazados, la de las 65 horas -a la cual el Parlamento asestó un revés o la Directiva de retorno de inmigrantes. La Europa que están intentado refundar hoy es una Europa que impulsa la flexiseguridad, y desregulariza los derechos laborales conseguidos gracias a la lucha del movimiento obrero, y que legitima el Dumping social basándose en la Directiva de desplazamiento de trabajadores, y los artículos 49 y 43 del Tratado de la UE.

Es necesario pues reconocer que el modelo neoliberal en el cual se basa actualmente Europa ha fracasado. Es el momento de abrir un debate público en Europa, y para ello las elecciones europeas son el mejor marco para que los ciudadanos y ciudadanas puedan reconstruir la UE sobre la base de la intervención del mercado y desde la participación pública de la economía.
En este sentido, tenemos como objetivos inmediatos: la lucha por la modificación de las Directivas retrogradas mencionadas. El objetivo estratégico es claro también: el logro de un nuevo Tratado de la Unión con los contenidos que los pueblos de Europa demandan.
Finalmente Izquierda Unida, aún formando parte del PIE, consideramos estratégica la existencia y trabajo del Grupo Parlamentario de la Izquierda Unitaria Europea-Izquierda Verde Nórdica y valoramos muy positivamente el trabajo de su presidente Francis Wurzt, que ha marcado un perfil nítido para otra Europa en contra de las políticas neoliberales que han impedido la intervención pública en la economía, el control sobre el precio del dinero, la privatización de sectores económicos y el haber sido un referente fundamental en la lucha por la paz como se ha demostrado en lo que calificamos como genocidio de Gaza.

Gracias por la atención prestada.