Detrás de la cortina

¿Podemos estar seguros del origen del actual brote de la epidemia de gripe porcina que azota America y Europa? Sabemos que ha surgido, sabemos dónde ha surgido, sabemos que aumentan los casos de afectados por el virus. ¿Sabemos el por qué?

En a penas una semana nos ha rodeado por completo la alarma social por lo que recientemente hemos conocido como gripe porcina (N1H1). Las informaciones hablan de un foco inicial en México, y su posterior expansión a EEUU y España, así como también en Gran Bretaña, Suiza, Francia o Italia. Los medios achacan el origen del brote, según las últimas noticias sobre el tema, a un niño de la comunidad de Veracruz.

Dejaremos a un lado el debate que podríamos suscitar sobre si es legítimo que los medios señalen a una persona en concreto, con nombres y apellidos, y más aún si es menor, como “culpable” de una situación de esta envergadura. Es interesante saber, por ejemplo, que en esta zona se ubica la mayor empresa de cría de cerdos y de procesamiento de productos porcinos Granjas Carroll (propiedad de Smithfield Foods). También es remarcable el hecho que, hace unas semanas, en su sede de Perote se denunció una epidemia que afectó al 60% de la población de La Gloria.

Al parecer, los habitantes del lugar llevan años denunciando las condiciones de insalubridad y contaminación de la empresa; la Comisión Pew sobre producción animal industrial informó, en 2008, de que las condiciones pésimas de la cría y confinamiento para la producción industrial son el caldo de cultivo perfecto para la aparición de nuevas cepas virales, resultado de la recombinación de cepas “antiguas”. En dicho informe incluso se llega a mencionar la posibilidad de una recombinación del virus de la gripe aviar y la porcina, y cómo podría afectar a los humanos.

Teniendo en cuenta que esto se conoce desde 2008; teniendo en cuenta las protestas de los habitantes del lugar; teniendo en cuenta que esta empresa cárnica tiene prohibida la actuación en EEUU precisamente porque fue sancionada por contaminación en los procesos industriales de producción; teniendo en cuenta también un informe de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados del Congreso de México en el que se describen anomalías en dicha empresa como por ejemplo que “el aire de la localidad presenta un aumento de amoniaco” o que “las áreas de eliminación de desechos no están lo bastante alejadas de las fuentes de agua”… En definitiva; teniendo en cuenta todo esto, es lógico que nos preguntemos si esto se habría podido evitar.

Y, sobretodo, es lógico que nos lo preguntemos cuando llega a nuestros oídos que la solución a esta epidemia está exclusivamente en manos de dos multinacionales farmacéuticas que monopolizan el medicamento necesario para evitar más muertes; la conocida “Relenza”, comercializada por GlaxoSmithKline, y el ya archifamoso “Tamiflu”, que ya se dio a conocer gracias al brote de la llamada gripe aviar de hace unos años.

La cuestión es, por lo tanto: ¿por qué no se ha podido evitar la situación epidémica actual? O, mejor dicho: ¿por quién no se ha evitado?

*Fuentes:

• “Epidemia de lucro”, Silvia Ribeiro, La Jornada
• “Una multinacional americana es denunciada como culpable del brote de la gripe porcina”, Carlos Martínez, Rebelión