La cultura del botellón

INSTRUCCIONES PARA DESCANSAR EN PAZ EL CUERPO Y LA MENTE

 A la bien conocida masificación de las Universidades españolas se le podría al menos, atribuir el beneficio de impregnación de ciertos valores sobre una gran masa de jóvenes de estudiantes y licenciados en este país.

Si bien, es verdad, que la calidad de la enseñanza queda menoscabada, es lógico pensar que los principios humanistas y científicos puedan flotar incluso por las cantinas y jardines de las facultades y de algún modo penetrar a aquellos que cursaron estudios superiores, esos valores que se suponen derivados a razón, a criterio, a valor para hacer de la justicia, la libertad y la igualdad el marco en el cual se desarrolla una sociedad bien avenida.

Sin embargo, esta lógica sencilla, no parece aplicarse de esta manera, porque el curso de los acontecimientos suele tomar direcciones impredecibles, y así, con el tiempo descubrir que la lógica era más sencilla: a la masificación le sucede la masificación.

Así, la masificación de las aulas ha dado como resultado el gusto “cultural” por las apreturas, como puede observarse en el gusto por encajarse en los bares, sumarse a los botellones, aglutinarse en plazas y calles, costumbres estas, que manifiestan  un criterio apretado, cerrado ,comprimido y en definitiva, aborregado, sobre como se entienden los derechos y obligaciones, sobre la libertad, la solidaridad  o la democracia, a poco que se piense como influye todo eso en la convivencia.

Por eso, nadie se escandaliza ni se rasga las vestiduras cuando un estudiante o licenciado en filosofía o sociología o un joven brillante ingeniero de ojos también brillantes, rodeado de botellas, orines, potas y gente desvariando declara en la plaza de todos, su derecho a alternar tragos ,risas y conversaciones intelectuales mientras aplica el autoritarismo, la insolidaridad, la intolerancia y su desprecio por la necesidad básica y elemental  del descanso y el sueño.

Cuando vemos como se extiende la masiva práctica del botellón, lo mismo de 400 que de 4 individuos apostados bajo tu ventana, desvelamos el sueño aquel que apuesta por una sociedad ilustrada, que a razón, a justicia y a valor sabe desgranar lo que es necesario de lo que es importante y pone en evidencia que no vale decir:- Muchacho me despertaste... Porque el borregón, amparado en la constitución de sus estrechas convicciones y en la práctica masiva de sus artículos, aplica el derecho a balar donde y cuando plazca.

Pero, existe un código no escrito, una Biblia casi extinta, una constitución de buenas costumbres, que aunque casi olvidados, todavía persisten y hace saber a aquel que conoció el color de tu pijama, que torció su pensamiento, que giró sus principios y olvidó el credo de sus altruistas convicciones, al permanecer a gustito como está, sentado bajo tu ventana, sorbiendo el elixir de sus placeres pese a quien pese.

Y es que el fascismo, revestido de diplomas, licenciaturas y buenos modales puede acabar por orinarse en los portales de las casas , pero en fin...  en eso al menos coinciden todos, sea cual sea su clase, color y convicciones... porque esa es la cultura.

Al fin y al cabo, nosotros los borregones, perdón, quise decir botellones, somos la masa, somos la cultura.