Villaescusa de Palositos: un propietario privado usurpa los caminos públicos

Villaescusa de Palositos, un pequeño pueblo abandonado en tierras alcarreñas, es un caso insólito de usurpación de bienes públicos por una entidad privada: Villaescusa SA

Sólo queda el cementerio en estado de ruina

Según el cronista local Díaz Fontanet, desde finales del siglo XI, Villa Excusa de los Palos Hitos perteneció al Común de Villa y Tierra de Huete quedando excusada de otros señoríos y, por lo tanto, de realengo, que era el nombre que se aplicaba a los pueblos que no eran de señorío ni de las Órdenes. De ahí su nombre, del que parece deducirse que fue considerada villa que estaba excusada de otros señoríos y que era hito, mojón o frontera, marcada con grandes palos. En el año 1834 pasó a pertenecer a la provincia de Guadalajara.

La historia reciente de Villaescusa de Palositos, pequeño municipio de Guadalajara hoy desaparecido, es similar a la de otros tantos pueblos que, en los años 70 del siglo pasado, fueron abandonados por sus habitantes. Forzados a emigrar a grandes capitales ante la falta de trabajo y oportunidades en un medio rural desatendido por las administraciones públicas. Así, la escuela fue cerrada y jamás se construyó una carretera que sustituyera al viejo y polvoriento camino que unía el pueblo a la vecina localidad de Peralveche.

El abandono humano trajo la progresiva ruina de la mayoría de las casas, que en la última década fueron demolidas por la empresa Villaescusa SA, que adquirió los terrenos de la mayoría de las fincas. Hoy, lo que fuera un municipio de Guadalajara se ha convertido en un coto privado de caza. Pero lo peor es que la  sociedad mercantil Villaescusa SA ha puesto literalmente “puertas al campo” al vallar todo el territorio del antiguo término y colocar puertas en los caminos de acceso. Esta sociedad terrateniente ha usurpado el derecho de acceso a bienes que son públicos, tales como el cementerio, el frontón y el antiguo edificio del Ayuntamiento, así como a la iglesia románica, del siglo XIII, que es propiedad del Obispado. Se trata de un edificio declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla-La Mancha, incluido dentro de Plan de rehabilitación de templos románicos de Guadalajara.

Este edificio, que se conservaba aceptablemente bien hasta finales de los años 90, se ha ido deteriorando desde que Villaescusa SA adquirió la mayoría de las fincas. Pero lo que los antiguos vecinos consideran más grave es que se les impida el paso para llegar hasta los terrenos públicos de lo que fue su pueblo, impidiendo incluso honrar la memoria de sus difuntos.

Villaescusa SA, viola el derecho de uso de los caminos públicos, contradiciendo incluso el propio lema del liberalismo mercantil que reivindica la libre circulación: laissez passer. Caminos que siempre fueron públicos, entre ellos una cañada que forma parte de la Ruta de la Lana, ramal sur del Camino de Santiago han sido cortados por Villaescusa SA. Agentes medioambientales y el propio Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil han denunciado el corte de un camino público: la vía pecuaria denominada Cordel de Carrasalmerón. A raíz de estas denuncias, la Junta de Castilla La Mancha ha instruido varios expedientes sancionadores. Pero nada parece arredrar a Villaescusa SA.

En septiembre de 2008, la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural procedió a a la retirada de las vallas que impedían el paso. Sin embargo, el propietario de las fincas las ha vuelto instalar. Ante este hecho, la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Guadalajara ha presentado una denuncia por delito de desobediencia ante el Juzgado de Instrucción Decano de Guadalajara. Aparte de esta cañada, el resto de vías públicas son competencia del Ayuntamiento de Peralveche, que inició en septiembre de 2006 un expediente de investigación y recuperación de los caminos de su pedanía

Mientras tanto, los descendientes de Villaescusa de Palositos se han movilizado para reivindicar sus derechos ciudadanos. Para reivindicar la apertura de los caminos y el libre acceso a las calles y a los espacios públicos de esta aldea guadalajareña, la Asociación de Amigos de Villaescusa de Palositos, junto con la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Cuenca, llevan cuatro años convocando la Marcha de las Flores. Que tiene como principal objetivo depositar flores a sus antepasados en el cementerio de la aldea abandonada, y recorrer las calles de la localidad, hoy pedanía de Peralveche.

Como en años anteriores, a un kilómetro del pueblo se volvieron a topar con una puerta, un candado y un cartel de “prohibido el paso”. En las dos primeras ediciones, la Guardia Civil impidió franquear este obstáculo, pero tanto en la del 2008 como en la IV Marcha de las Flores celebrada el pasado 25 de abril, los agentes estuvieron en la concentración de un modo pasivo, y no evitaron el derribo de la primera valla y de otras situadas en las calles del pueblo. Así, los participantes, unos 200 en esta ocasión, pudieron llegar al cementerio municipal y realizar su ofrenda floral.

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