LUNES 15 DE JUNIO DE 2009
Comienzo reconociendo públicamente que nunca había visto la saga "Terminator". No me atraen las películas tan fantasiosas. O sí, pero de otros géneros, tipos y estilos. Y también reconozco que tenía todas las papeletas para no enterarme de nada en "Terminator: La salvación". Y así fue.
Pocas líneas merecerá para mí una película en la que Christian Bale se presta, aunque sea muy admisible o comprensible, a un amago de invento comercial que, imagino, le habrá reportado poco más que pingües beneficios económicos. Porque lo que es cine de categoría...
Consultando a personas más doctas en la materia, compruebo que el personaje antaño encarnado por Arnold Schwarzenegger ahora ha cambiado de carácter. Que el filme se guía por un conflicto de egos entre Bale y el otro protagonista, mal resuelto y con pocos duelos reales entre ellos.
No falta la típica chica mona, que parece querer seducir al segundo protagonista, pero que no llega ni a eso. Pude comer palomitas con el mayor de los placeres: la primera media hora consiste en disparos y persecuciones. Todo el ruido imaginable en el planeta estaba allí, frente a mí.
Paradójicamente, la trama gana consistencia en la recta final de la película, pero no basta. Este cine no está hecho para un servidor. Nota: 4. Otra opinión, http://enelmundeoz.blogspot.com/
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