Brasil e Italia vencen pero no convencen

Brasil e Italia hicieron sus deberes. Con más pena que gloria y con más problemas que soluciones. No jugaron mal pero tampoco bien. Tanto Egipto como EE. UU les pusieron contra las cuerdas aunque, todo hay que decirlo, sacaron adelante sus compromisos.

KAKÁ Y EL LÍNEA SALVAN LOS MUEBLES

Brasil debutó con victoria y con polémica frente a Egipto tras imponerse 4-3. El partido no desmereció y ofreció un buen espectáculo que sólo pudo resolverse en el último minuto y de penalti. Kaká sentenció con un doblete.

Los dos equipos tuvieron criterio. De la canarinha no había dudas pero de los vigentes campeones africanos sí. Egipto jugó y Brasil dejó jugar. El resultado fue un encuentro abierto con dos estilos semejantes separados por la contundencia de los brasileros. Por algo tuvieron a un jugador llamado Pelé.

El partido comenzó de manera espectacular. Nadie mejor para abrir el marcador en el minuto 5. Kaká, el primer capricho de Florentino, se inventó una jugada individual dentro de área y con dos toques y la ayuda de la defensa egipcia batió a Hadary con un estilo que vale 65 millones de euros. La tranquilidad de esta estrella pone nervioso. La calidad de sus botas amansa las fieras. Poesía continua en forma de I belong Jesus...

Tres minutos después golpeaban los faraones. Egipto se hizo grande en la cabeza de Zidan tras centro perfecto de Aboutrika. Los dos mejores jugadores de Egipto.El entendimiento entre ambos fue el mayor peligro  para la portería de Julio César. Los egipcios se volvían locos porque no perdían la cara al encuentro.

Otros tres minutos después, en el 11, Brasil asestaba otro golpe. Esta vez la cabeza de Luís Fabiano tras centro de Elano batió, desde muy lejos, la portería de Egipto. El pase bueno y la ejecución mejor, pero la defensa de Egipto mostró las tremendas debilidades de una Selección con buen trato de balón y con buen trato sin balón (para los contrarios). Pudo ser más agresivo el defensa y el sevillista se aprovechó. De nuevo Egipto veía cómo era superado por la mítica Brasil.

Brasil mandaba con cierto solvencia en el campo aunque no con abundancia. Poco a poco empezaron a dormirse. Se prepararon un mojito fresquito y durmieron en el terreno de juego. Apenas achuchaban. Robinho no hizo nada, absolutamente nada. Rácano se mostró el galáctico del Manchester City. Mientras tanto, Egipto seguía a lo suyo. Tocaba y llegaba pero no mordía. 

Y en pleno carnaval los brasileños sentenciaron en el minuto 37. Fue al saque de un córner. El central Juan mandó en el área pequeña con un defensa egipcio pegado a él. La fuerza de uno y la bondad del otro hicieron el resto. A balón parado Egipcio sufría y Brasil gozaba. Hasta la segunda parte.

En el minuto 54 la locura visitó la Confederaciones. Egipto había salido más centrado tras el descanso y Brasil no quería saber nada más de un partido que parecía sentenciado. Pero todo cambió. Shawky sorprendió a Julio César para recortar distancias y, 60 segundos después, Zidan y Aboutrika volvieron a asociarse para empatar. Golazo de Zidan tras jugadón de Aboutrika. El segundo puso la calidad y el primero la determinación. Egipto se volvía loca y Brasil agachaba las orejas. Se mascaba la tragedia porque Egipto quería el partido.

Y pudieron llevárselo en algunas llegadas que disfrutaron. Pero esta vez les faltó pegada. Egipto controlaba ahora y se vino arriba sin complejos. Pero Brasil les 'mató' en una jugada tremendamente dudosa.

En una contra de Brasil, donde Lucio se había sumado al ataque, este remató de volea dentro del área y Almuhamadi improvisó una zamorana de toda la vida. El árbitro no vio la mano y en primer término señaló córner. Pero el jugador egipcio se pasó de listo. Simuló el golpe del esférico en su rostro y se tiró al suelo. El árbitro no anduvo tonto y Howard Webb se olió la trampa. Y todo lo demás lo hizo el pinganillo. 

En la banda el juez de línea  echó un vistazo al videomarcador. Está absolutamente prohibido repetir jugadas a través del videomarcador pero, en esta ocasión, fue determinante. El árbitro se había 'tragado' la mentira del defensa egipcio. Y el colegiado rectificó. Penalti y expulsión en el minuto 90 para que Kaká transformara el cuarto gol (el segundo de su cuenta) para que Brasil acabara imponiéndose por la mínima y con dudas. 4-3 sería el resultado final en un encuentro muy igualado, con mucho futbol y donde Egipto mereció, como mínimo, el empate antre los brasileños.

Las comparaciones son odiosas pero la Selección de Brasil ha tenido problemas con su primer rival, vestido de rojo. Y los nuestros también vestirán de ese color. ¿Podremos eliiminar también a los brasileños y hacer que el pasodoble se imponga a la samba?

ITALIA: APROBADO RASPADO

Italia es Italia. Empezó con un gol en contra pero acabó remontando el partido para poner un 3-1 demasiado abultado sobre EE. UU., que mereció mucho más. La experiencia de los azulones se impuso sobre los novatos americanos.

La vigente campeona Mundial se estrenaba ante los exóticos EE. UU, un equipo que siempre sorprende y que conviene mirarle de cerca y a los ojos: se pueden aprender grandes cosas. Y así salieron y así se portaron durante todo el encuentro. La Selección americana siempre se examina en cada partido y hoy, otra vez, ha vuelto a sacar buena nota ante los hombres de Marcelo Lippi.

Italia fue fiel a su estilo. Un juego espeso y atascado realizado por grandes figuras como Pirlo, De Rossi o Rossi. El jugador del Villarreal fue determinante y desequilibrió el encuentro con dos tantos preciosos. Supo suplir la 'ausencia' de Luca Toni, una ausencia sobre el terreno de juego porque la escuadra italiana jugó de titular pero lo poco que tuvo lo erró. Muy fallón el gigantón.

Pero antes de que Italia asestara sus puñales, EE. UU jugó sus bazas. Comenzó tímida y asumiendo su papel de secundaria pero se lo creyó y puso en apuros a los campeones mundiales. Todo liderado por un crack, Donovan, que supo tirar del carro con su ritmo y su calidad. Desequilibraba la barrera infranqueable que Lippi había diseñado en el centro del campo y en la defensa de Italia.

El problema de EE. UU se llamaba Italia, pero hubo más. Una expulsión en el minuto 32 de Clark tras una entrada muy dura sobre Gattuso. Sí, esta vez el italiano recibió y no dio. El mundo al revés. Los yanquis se quedaban con un jugador menos y se les ponía todo cuesta arriba. Pero en el minuto 40 tuvieron su oportunidad con un penalti cometido por Chiellini sobre Altidore que transformó Donovan para poner la sorpresa en el marcador. Si alguien merecía el gol, era EE. UU. 0-1 al descanso e Italia impotente por no saber hincar el diente a los americanos. Yes, we can.

Poco después de la reanudación del partido Marcelo Lippi se dio cuenta de que su plan A no funcionaba. Atasco en la nacional. Por eso retiró a Gattuso y al veterano Camoranesi y salieron Montolivo y Rossi. Y el aire de Italia cambió con el jugador del Villarreal, que se coció y se comió él mismo en el minuto 58 el gol del empate con un disparo tremendo sobre la portería americana. Golazo de Rossi.

La azurra despertó y Pirlo mandaba en el terreno de juego. Las ocasiones llegaban y parecía cercano el gol de los italianos, que llegó en el 71 por parte de De Rossi, tras disparo lejano que en principio parecía un golazo pero que, visto varias veces, se quedó en buen gol. Colaboró la escuadra americana. Howard no pudo hacer más. Los italianos celebraron el gol como si fuera la misma final. Lo habían pasado mal y estaban siendo tuteados por los inexpertos americanos. Este gol ponía las cosas en su sitio.

Alguna oportunidad tuvo Luca Toni. pero sin acierto. EE. UU renunció a su estilo y a su fútbol y empezó a pagar la falta de un jugador durante tanto tiempo. Aún así tuvo llegada y alguna ocasión relativamente clara. Pudo empatar el encuentro pero Italia siempre sale viva. Y tal fue la cosa que ya con el tiempo cumplido Rossi sentenció y marcó el 3-1 tras una fenomenal jugada de un tipo con mucha clase, un tal Pirlo, desde la banda derecha. Le puso todo de cara a Rossi e Italia mataba el partido.

El colegiado anduvo muy italiano. Las cosas que sucedieron en el área de Italia no eran vistas igual que las que ocurrían en la de los EE. UU. Debió de conceder otro penalti a los yanquis pero no se atrevió. Con uno era suficiente.

Italia sufrió pero sacó adelante su partido. Tiró de casta y de calidad en los momentos difíciles, como siempre, y esto quiere decir que Italia viene enchufada. Los americanos cumplieron y pudieron y merecieron más. Después del Brasil-Egipto y del Italia-EE.UU, hemos empezado a ver fútbol, criterio y estilos enfrentados. La Copa Confederaciones empieza a calentar.

Carlos Felipe