Brasil se encuentra y Egipto gana al `catenaccio´

Tuvimos que esperar hasta el final de la segunda jornada de esta Copa Confederaciones para que ocurriera la primera sorpresa: Egipto ganó a la campeona del Mundo jugando al catenaccio. En el otro partido del grupo B, Brasil se impuso sin problemas a una débil selección estadounidense, que en ningún momento puso en apuros a los de Dunga.

Alegría en Brasil y Egipto / fifa.com

Brasil vence y convence

El médico de Brasil había obligado a sus jugadores a dormir, al menos, 10 horas, para recuperarse completamente del esfuerzo realizado en el partido contra Egipto, los de clasificación para el Mundial y el temido Jet-Lag. Dicho y hecho, los jugadores brasileños descansaron el tiempo estipulado, pero se olvidaron de quitarse el pijama al salir al terreno de juego del estadio de Pretoria

Toque, toque y más toque, al más puro estilo Luis Aragonés. Pero no sería hasta el minuto 7 cuando Felipe Melo cabeceó un hermoso centro botado desde la derecha por Maicon, como consecuencia de una falta inocente cometida sobre Ramires. El jugador brasileiro se elevó por encima de los defensas estadounidenses y de un perfecto testarazo remató a bocajarro frente a Howar, que nada pudo hacer para detenerlo. 

A partir de ese momento, el dominio de los de Dunga fue absoluto. Si bien no creaban ocasiones claras de gol, tampoco dejaban que los Obama´s boys se acercaran a la portería defendida por Julio César. Hasta que se cumplió el refrán. Dicen que el mejor ataque es una buena defensa, pero, en este caso, a los jugadores brasileños ni les hizo falta defender. Minuto 18, Dempsey pone un centro al área carioca que es depejado por la línea de fondo por los zagueros amarillos. Córner que saca EEUU, el receptor falla en el control, y comienza un contraataque sin oposición que acabaría con "Bicicletas inoperativas" Robinho marcando a puerta vacía el segundo gol de Brasil y casi el definitivo

El resto del partido fue un auténtico despropósito de los dos equipos, al nivel de esta Copa Confederaciones que nos está acostumbrando a cambiar de los documentales de La 2 a los partidos de Telecinco para conciliar el sueño de la siesta (bajo recomendación del médico de Brasil también). Sin embargo, como en esos sueños en los que te despiertas de golpe porque crees que estás cayendo por un precipicio nos sorprendió una jugada para enmarcar dentro de las mejores de este torneo. Kaká se la cede a Maicon (que ya había dado el pase del primer gol), se marcha por la banda hasta quedarse prácticamente sin ángulo. Se para y piensa "¿Por dónde se la meto?" Y no se le ocurre mejor forma de resolver el jugadón que clavándosela por encima del portero. Golazo auténtico, de lo mejorcito del torneo junto con el primero de Rossi a EE.UU.

Italia se choca frente a su propio método

Comenzó el partido con la necesidad de ambos equipos de ganar tras la victoria por 3-0 de Brasil, más por parte de Egipto, que necesitaba puntuar tras quedarse con  la miel en los labios el pasado lunes al perder contra Brasil con un gol de Kaká de penalti. Y esta ansiedad se notaba en los primeros compases del encuentro, que podríamos denominar, sin equivocarnos, como “Los minutos del centrocampismo”, más acorde con un partido de tercera regional que de toda una Copa Confederaciones.

Lo que no se esperaban los italianos, que jugaban hasta entonces con su característico ritmo plomizo , es que Homos se elevara por encima de Chielini para rematar con un testarazo perfecto un balón botado desde el córner por Aboutrika. 1-0 para Egipto y el miedo que empezaba a recorrer el cuerpo de los jugadores de la azzurra. Se esperaba reacción de los transalpinos, alguna jugada bien trenzada, algo que mostrara un “Aquí está la campeona del Mundo” pero nada, no hubo nada, ni siquiera de falta directa. Se llegó al descanso con la sensación de que Italia estaba perdida en el campo, pensando quizás en un tiempo pasado, aunque más le convendría pensar en un futuro poco claro.

La charla de Lippi en el vestuario hizo despertar un poco a los italianos en el comienzo de la segunda parte, pero los egipcios, que tenían bien estudiado al rival, montaron el autobús atrás e hicieron suya la medicina de los italianos para estos casos: el catenaccio o cerrojazo, para que nos entendamos. ¿Y qué es necesario para un buen cerrojazo? Lo primero es un equipo dispuesto a pasarse 45 minutos en su propio campo, despejando balones y aguantando los empujones del rival, que, en este caso, llegaron de mano de Iaquinta, muy activo en toda la segunda parte.  Suya fue la ocasión más clara: en el minuto 70, el azzurro se revolvió con el balón dentro del área, se quedó solo ante el portero y éste despeja milagrosamente con la pierna derecha.

Porque ese es la segunda característica, y básica, de montar un buen catenaccio: un portero inspirado. Y otro día lo mismo no, pero hoy, Al Hadary se ha convertido en el faraón de su equipo. Se paró todo lo que tiró Italia, que no fue poco en la última fase del partido. Monteolivo, en el 73 erró una ocasión clarísima desde el punto de penalti, que paró el cancerbero egipcio erigido en héroe nacional el día en que el Imperio Egipcio se impuso al Romano.

De ahí al final el partido fue una sucesión de ocasiones para Italia, que hoy no contaba con los dioses a su lado y, muestra de ello, es que un centro-chut de Iaquinta desde el pico del área impactó con el travesaño cuando podía haber ido perfectamente dentro. Buffon, que subió al último córner, tampoco pudo rematar la última jugada del partido, que acabó con los Campeones de África venciendo a la campeona Mundial y apretando un grupo que se decidirá entero el próximo domingo

Nacho G. Hontoria