¡Cariño, hay una serpiente en nuestro baño!

Un vecino de Alicante se encontró con la inesperada visita de una pitón en su cuarto de baño asomando por el váter. Al mismo tiempo hemos conocido que Koji Suzuki, novelista japonés, llevará una de sus obras a los rollos de papel higiénico.

El baño puede ser la puerta para una visita inesperada

De entre todas las noticias curiosas que se han producido a lo largo de la semana, quizás una sobresalga por encima de todas: la historia de un vecino de Alicante que al acudir a su baño con la sana intención de vaciar su vejiga, se encontró con un invitado inesperado en su váter: una serpiente pitón de metro y medio.

Resulta comprensible cómo después de tan sorprendente y traumática experiencia, el vecino en cuestión, manifieste que ahora siente temor al acudir al baño y que no sabe cuándo será capaz de superar este miedo. Porque encontrarse con una pitón, o con cualquier tipo de serpiente en el inodoro no es algo que afortunadamente se produzca todos los días, pero de ocurrir, tiene que dejarte marcado de por vida.

Por otro lado, casualidades que tiene la vida, también esta semana hemos sabido que la novela Drop del escritor japonés Koji Suzuki, el mismo que inspirara con otra de sus obras la película The Ring, será la primera novela producida en papel higiénico. Se trata eso sí de una novela corta que viene a ocupar 88 centímetros (media pitón de largo) del rollo correspondiente, por lo que en cada rollo podremos encontrarla 34 veces.

Desconozco el argumento de la novela de Suzuki, pero puedo imaginarme el éxito que podría suponer transcribir al preciado papel del baño el suceso ocurrido en Alicante. ¿Sería alguien capaz de acabar de leer los 88 centímetros de la novela con la incertidumbre de que una pitón, exactamente de dos novelas de largo, asomara por su “trono”?

Confieso que soy de los que se lleva al baño cualquier cosa para leer, y si por lo que sea se me olvida hacerlo, no me canso de releer entonces las bondades del champú o ambientador que tenga más a mano. Eso sí, no se crean: tampoco soy de los que se tira horas y horas ahí sentado, porque los hay que serían capaces de leerse la trilogía completa de El Señor de los Anillos de una sentada. Y qué quieren que les diga: ahora todavía intento apurar aún más los tiempos y no dormirme en el intento; que desde lo de esta pitón caprichosa e inoportuna, reconozco que ando con la mosca detrás de la oreja. Y más cuando después de revolver por Internet buscando información, he comprobado que no es la primera vez que ocurre. Ni en el baño puede estar uno a salvo. ¡Qué mundo este!