¿Para qué sirvió la etapa prólogo?

Entre otras cosas, para que los 52 navegantes solitarios inscritos en la 40 Edición de la regata La Solitaire du Fígaro, se conozcan, se midan, se deseen éxito y buen rollito, se espíen y se hagan fotos. La regata en solitario veraniega que desde hace 40 años organizan los medios franceses para navegantes franceses y, en esta edición, un par de  ingleses, (siempre hay algún inglés) se divide  en 4 etapas que recorren el Cantábrico. Por supuesto, y dado que también este año una de las etapas acaba en un puerto español, no hay ningún navegante español inscrito. Este primer recorrido de tanteo frente a los muelles de Lorient,  que con viento moderado y sol muy mediático duró nada más que tres horas, lo ganó Jeremie Beyou, el triunfador de 2005, el 7º fue Michel Desyojeaux y el 8º Erwan Tabarly, hijo del mítico navegante francés Eric Tabarly  que ha dado nombre a una instalación espectacular, La ciudad de la vela, en la antigua base de submarinos de Lorient. Hoy, jueves 30, a las 13,00 hora local, salen todos como misiles hacia La Coruña, los primeros llegarán el sábado.

Nicolas Berenger dos días antes de la salida bromea para la tele

Las 1706 millas de recorrido se han dividido este año en cuatro trazados, desde Lorient, en la costa atlántica francesa, cruzarán el golfo de Vizcaya (345 millas de recorrido) hasta La Coruña. De allí tomarán la salida el martes 4 en dirección a Saint Gilles Croix de Vie, un puerto cercano a les Sables D’Olonne, salida y meta de la vuelta al mundo en solitario y sin escalas, donde, tras recorrer 365 millas, esperan llegar el viernes 7, para salir el lunes 10 con dirección a Dingle, península de fieras raíces gaélicas en la costa atlántica irlandesa y con el recorrido más largo y más complicado, han de cortar en perpendicular todo el tráfico comercial que accede o sale del Canal de la Mancha.

De allí saldrán el domingo 16 a cubrir la última etapa de más de 500 millas. Casi todo el tiempo no verán nada más que amenazadoras rocas del extremo suroeste irlandés y de toda la costa inglesa de Cornualles hasta situarse frente a Newhaven, por donde cortarán el Canal en perpendicular, algo menos de 4 horas invierten los ferrys, hasta llegar a Dieppe donde se les espera el 19 de agosto. En ese puerto en el que Georges Simenon ambientó algunas de sus mejores obras menores todavía les queda por celebrar una etapa “póstlogo” el 22 de agosto.

Si bien las cuatro mangas se recorren en algo más de un día cada una, el circo que monta la organización convierte los puertos de acogida, sobre todo los franceses, en atractivas broncas veraniegas. No son festivales de rock pero tampoco son nada aburridos.

El monotipo Figaro Solo

Nacido en 2002 del inspirado pincel de Marc Lombard, uno de los tenaces aspirantes a convertirse en el rey del diseño naval que ve como año tras año otros arquitectos más audaces le acaban adelantando, el modelo de 10,10 metros de eslora, 2,10 metros de calado y tres toneladas de desplazamiento (un 30% es lastre) se mueve con un velamen no muy exagerado: mayor de 36 m2 y génova de 30 m2. Con un recorrido en el que se pasa casi todo el tiempo de navegación al timón y pendiente de la información meteorológica que facilita la organización, el truco está en los reglajes y en las escasas astucias que el reglamento consiente introducir en la disposición de los aparejos de cubierta. Y en los conocimientos y la suerte del patrón.

52 marinos: una mujer, dos ingleses, 15 novatos y la aristocracia

Desde que en 1970 y bajo el patrocinio del diario L’Aurore, se lanza la prueba, siempre con recorridos parecidos cruzando el Cantábrico, la regata ha sido el trampolín de lanzamiento de los navegantes franceses más mediáticos, los ganadores han acabado convirtiéndose en las figuras de la vela en la especialidad que más satisfacciones les ha dado, la navegación transoceánica en solitario. Si la Ostar, la transatlántica que se celebró en junio y en la que participaron algunos barcos del  modelo que toma el nombre de la prueba, es la regata que hay que hacer para que te respeten en el club de los navegantes solitarios, la Solitaire du Figaro es la que hay que ganar para que un gran sponsor se interese por ti en Francia.

Cinco participantes en la última Vendee Globe se han inscrito. Además, este año compiten seis antiguos vencedores de esta prueba, el más temido y seguido será el Profesor, Michel Desyojeaux que viene de ganar la Vendee Globe y que ya ganó esta regata en tres ocasiones, o Armel Le Cleac’h, su segundo en la Vendee y ganador de La Solitaire en 2003, aunque sin duda quién puede contar todo sobre la prueba es el “indestronable”  Jean-Paul Mouren, esta será su participación número 24, y nunca ha ganado. Sólo una mujer, Isabelle Joschke, participa este año, tal vez sea la crisis porque en anteriores ediciones ha regateado el todavía más selecto grupo de menos de diez francesas e inglesas que hoy hablan de tú a tú a las vacas sagradas de la vela transoceánica.

Pero serán los 15 novatos, o al menos los más determinados y corajudos de todos ellos, quienes más leña añadirán a la hoguera, saben que con cuatro golpes de suerte que tengan este mes de agosto su vida profesional puede cambiar, pasarían de la multitud de los aficionados anónimos con ambición, y nada más que eso, a la aristocracia de los marinos que eligen y exigen.