¿El fin de las noticias gratis?

--- Ante la caída de la publicidad global y la crisis internacional, los medios de prensa tradicional analizan nuevos modelos de arancelamiento de la información. El problema no es el cobro en sí, sino la forma y el modelo de negocio que existe detrás.

¿Cobrar o no cobrar?, esa parece la gran cuestión.

En las últimas semanas, han proliferado artículos, debates y análisis sobre la viabilidad de cobrar por la información en Internet como medio de compensación ante la caída de la publicidad global y la crisis mundial. El regreso de la información de pago devora las mentes de los estrategas que estudian la manera de hacer de las noticias en Internet un fénomeno rentable y no un modelo de negocios fallido.

Como en muchas cosas, Estados Unidos marcará el rumbo a seguir, y hasta ahora las noticias que llegan hacen pensar que la crisis que ahoga a los medios convencionales provoca la búsqueda desesperada de nuevas alternativas, y una de ellas es cobrar por los contenidos digitales. La información y el nuevo ámbito de debate de la opinión pública está en Internet, y los estrategas de los medios lo saben.

En las últimas semanas, Brendan Barber, editor del prestigioso Financial Times de Londres, y Rupert Murdoch, dueño de News Corporation, Fox y BSkyB sentenciaron que, todas las organizaciones periodísticas, tarde o temprano, cobrarán a sus suscriptores por acceder a parte de las noticias y por los contenidos digitales en Internet. Algunos ejemplos exitosos son el Wall Street Journal o el de Financial Times.

Los medios tradicionales de prensa enfrentan un desafío gigantesco, los lectores migran del papel a la web, sin embargo, el negocio rentable permanece en el territorio del papel. Apenas el 7% de los ingresos totales que ingresan a cada diario importante en el mundo provienen de sus versiones digitales en la red. Para muchos, la idea de la prensa de pago, siguiendo el modelo televisivo: PPV, es la solución ante la crisis. Pero, flota en el ambiente la sensación que el remedio en lugar de curar la enfermedad, podría acentuarla aún más.

Desde la aparición del periodismo digital, la publicidad que siempre fue irrelevante, había logrado mantener un crecimiento constante lo cuál permitia su desarrollo, ahora tras la feroz crisis financiera global, se desmoronaron los ingresos por los avisos en Internet y toda esta situación hizo que los dueños de los medios convencionales se plantearán sobre la viabilidad de cobrar por la información en sus medios online.

En la actualidad, algunos periódicos digitales cobran y otros no, o partes de su oferta son libres y otras no. Ahora, lo que se plantea es cobrar por todo. Y los defensores de esta idea emplean algunos argumentos y estrategias ya aplicadas con éxito pero en otros sectores del consumo masivo. Sin embargo, todos nos hemos acostumbrado a que no se nos pida dinero por acceder al contenido informativo en la red.

Pero su punto más débil radica en la misma esencia de la fórmula de pago. En el comienzo de la era digitales los medios tradicionales de prensa comenzaron siendo de pago, y como la propuesta no atraía clientes, se optó por ofrecer el mismo contenido pero gratis y soportando los costos mediante el uso de publicidad. Hoy, algunos medios vuelven a intentar la idea de cobrar logrando apenas éxito.

La debilidad de la audiencia provoca que los anunciantes duden de la fórmula de pago.  Y con fundamento, para que la idea de atraer a posibles lectores que estén dispuestos a pagar por contenido es necesario por un lado, ofrecer algo "extra" al propio producto de pago y por otro, garantizar que por el contenido que se paga es mucho más desarrollado que el puede obtenerse gratuitamente en la red.

El espíritu de gratuidad (en internet y en la prensa moderna la cuál nació con la democratización política y social), sumado al acceso universal a las fuentes y la información dejan un margen mucho más estrecho a la prensa para elaborar un modelo de negocios. El cambio social junto a la irrupción de nuevas tecnologías han mudado el negocio, su estructura básica.

Los medios tradicionales deben enfrentar varios desafios, por un lado los idealistas que argumentan que la gratuidad es la mejor herramienta de marketing, y por otro derribar esa barrera psicológica que impide que audiencias masivas superen una cultura de gratuidad en el uso de Internet ya instalado. Sin mencionar, la crisis de la autoridad, de la credibilidad y el aumento de la prensa popular y de amplia difusión.

En Internet, todo es de todos. Pero entonces, nadie paga. Y si nadie paga... ¿Cómo la prensa tradicional se afirmará en un sector o mercado propio redituable sin desaparecer?.

¿El diario en papel sobrevivirá, pero sólo como un producto elitista?. El tiempo lo dirá.