El 'fallo' de los Premios Príncipe Asturias del Deporte

Todos los nominados al prestigioso Premio son deportistas de élite. Nombres en mayúsculas. Federer, Gemma Mengual, Gebreselassie y todos los finalistas junto con todos los candidatos. Aunque si lo pensamos mejor...

PAU GASOL. El jugador de los L.A. Lakers es un crack. No hay discusión. Su figura en la NBA reporta una imagen muy positiva hacia los españoles. Una estrella que brilla en la cancha pero no deslumbra fuera de ella. Una persona que comparece ante los medios de comunicación con gesto tímido y mirada agachada. Un tío campechano, en resumen.

Este año ha hecho historia puliendo un anillo que el año pasado se resbaló ante todo pronóstico. Y eso le ha valido una injusta, a mi juicio, nominación al Príncipe de Asturias del Deporte. Porque la temporada de Gasol, siendo muy buena, no ha llegado a ser espectacular. Su promedio anotador ha sido prácticamente el mismo que la temporada pasada: 18,9 puntos por partido, aunque ha incrementado ligeramente su número de rebotes.

Gasol ha ganado el anillo de la NBA. La misión no fue fácil y Orlando lo puso más complicado de lo normal. Pero en esos play-off el catalán no fue ni mucho menos determinante. La victoria de los Lakers se tejió en las muñecas de Bryant, Y cuando la espalda de este se resintió, los L.A. estuvieron cerca de perder.

Aquel Gasol sin barba que tuvo que trabajarse todo sin nada, sí merecía este Premio. Ganar el anillo de la NBA con los Lakers y al lado de Kobe es mucho más fácil.

F.C. BARCELONA. El archi conocido triplete les corona como uno de los mejores equipos de fútbol en la actualidad, pero no como Príncipes de Asturias. Nunca entendí su nominación. No por madridismo (que lo practico) sino por lógica. Si el glamouroso 'FlorenTeam' ganara esta temporada todos los títulos en juego tampoco estaría de acuerdo en su nominación para la próxima edición.

Los jugadores de Guardiola han exhibido durante toda la temporada un fútbol de museo. Trato exquisito del balón, concentración táctica y humildad a raudales. Eso está muy bien. Incluso los madridistas nos quitamos el sombrero ante los reyes del fútbol siendo más de uno republicano. Pero si no hubo reconocimiento para aquel Getafe que cayó contra los alemanes de manera heróica en aquel pase a semifinales de la UEFA, no debe haberlo para los que supuestamente son los equipos grandes. Aquello fue épica. Esto del Barça sentido común.

Marta Domínguez y la Selección española de natación sincronizada han dado gloria al deporte español. Y siguen en ello. Cuado uno las observa siente que su entrega al deporte es total. No todos pueden decir ello. Los triunfos que han cosechado no se deben a ningún don divino. El trabajo diario y el sacrificio las ha llevado hasta lo más alto.

Y junto a nuestra Gemma Mengual creo que sí eran las adecuadas para figurar entre las finalistas al Premio Príncipe de Asturias del Deporte. No para ganarlo, sí para disputarlo. Porque pese a dicha entrega los resultados (por unas cosas y por otras) no han sido nunca históricos. Las hazañas de Bolt o de la propia Isinbayeva (ganadora del Premio) sí lo son. Y eso también conlleva mucho trabajo y mucho esfuerzo y por ello merecen el justo reconocimiento.

Rafa Nadal (2008), Michael Shumacher (2007), la Selección española de baloncesto (2006), Fernando Alonso (2005) o El Guerrouj (2004) sonunas estrellas que merecen brillar en lo más alto del firmamento . Son los que han alcanzado la máxima gloria. Y, perdonen la licencia, discrepo en que el Barça, Pau Gasol o el peor Federer pudieran unirse al club de los imposibles. Ese espacio está reservado para otros.

Carlos Felipe